Pasen y lean : http://blogs.elpais.com/toros/2012/04/tribulaciones-de-un-critico-desencantado.html :
¿Por qué esta frustración? ¿Por qué esos titulares, un día y otro, que expresan el infortunio de un sentimiento de impotencia, desilusión, desengaño…? ¿Es el crítico un pesimista enfermizo? ¿Es su actitud el fruto de un desgraciado trauma infantil? ¿Está resentido contra la fiesta?
El crítico es, ante todo, un periodista que pretende contar lo que ve, y analizarlo a la luz de lo que sus mayores le han contado, sus lecturas le han enseñado y con su experiencia ha contrastado. Y todo ello, en la firme convicción de que la base de la tauromaquia es un toro poderoso, fiero, bravo, encastado y noble y un torero heroico y artista. Uno y otro son los protagonistas de un espectáculo que solo tiene sentido si es capaz de producir emoción. Y ésta es consustancial a la exigencia. Este es el evangelio; y no hay otro, sean cuales fueren las modas de cada época.
La fiesta vive hoy un momento especialmente crucial para su futuro. El toro bravo es una especie en extinción. La manipulación genética que ejecutan los ganaderos bajo las directrices y la presión constante de las figuras ha conseguido un animal de comportamiento enfermizo, blando de remos, carente de bravura y de casta y de acaramelado temperamento. Una caricatura que produce desazón, fastidio, lástima, aburrimiento y una profunda decepción.
Añádasele a la coctelera el fraude imperante en el sector, ante la desidia incomprensible de la autoridad. La impresión comúnmente aceptada es que se ‘afeita’ más que nunca, y ningún presidente hace uso del reglamento para analizar astas sospechosas, ni las vísceras de los animales cuyo extraño comportamiento en el ruedo ofrecen dudas razonables de un posible dopaje.
Once festejos ya se han celebrado en Sevilla y aún no ha salido un toro bravo. Así de cierto y así de triste. Han predominado los anovillados, los inválidos, los mansos y los descastados, y algunos, -los menos- han desarrollado una nobleza cercana a la beatificación; una docilidad perruna que permite que el artista de turno se luzca con su condición estética e innata elegancia.
Que no haya, además, lugar al equívoco: el arte del toreo es posible gracias a la nobleza del toro, pero lo que lo hace grandioso es el toro de poder, encastado y fiero; con trapío, serio, bien armado, vibrante, encastado y codicioso.
Dicen los taurinos que el toro artista es el que gusta ahora. No. Esa es la ceniza que han dejado sus corruptelas, y la causa principal de que los aficionados sabios, exigentes y generosos hayan desaparecido.
No ha salido un toro bravo en Sevilla; pero si hay algún aficionado, que alguno quedará, estará escondido, en silencio, y si le preguntan dirá que él se limita a tocar el piano en un burdel. La actitud del público que acude a la Maestranza es sencillamente vergonzosa. No es que desconozca las normas mínimas sin las cuales esta fiesta carece de sentido, sino que comete la ordinariez de aplaudir todas las herejías de toros y toreros que imaginarse pueda.
¿Qué debe hacer el crítico ante tan crítica situación? Hay quien prefiere cerrar los ojos y subirse al carro del triunfalismo imperante que oculta las enfermedades de la fiesta como si ese fuera el bálsamo para su curación. ¡Ay, dichosa y malvada dictadura de lo políticamente correcto…! ¡Qué buena técnica para granjear amistades, ser invitado a bodas y bautizos y no molestar a toreros, apoderados, empresarios, ganaderos…! Ya se sabe el dicho: ‘Aquello que te da de comer, ni tocarlo’.
Creo, por el contrario, que lo que se debe contar es la verdad de lo que se ve; cada cual con su prisma subjetivo; con rigor, conocimiento, valentía y seriedad; sin trauma infantil ni resentimiento. ¡Qué culpa tiene el crítico de que la realidad sea un puro desencanto…!
Ojalá esta tarde salga un toro deslumbrante y se encuentre en su camino con un torero eterno. Mientras tanto,…
‘Escribir es muy serio, y la independencia para contar lo que cada cual entiende por verdad exige muchas renuncias y no poca soledad’. La frase es de un crítico taurino tan eminente como Antonio Díaz Cañabate.
esto no es nada nuevo sevilla perdio el rumbo hace muchos años la gente va como un acontecimiento social a dejarse ver y con sus mejores galas y si suena la flauta pues mira ya no deja de ser una feria mas del monton por mucho que digan un saludo
ResponderEliminarTela con Antonio Lorca. Mucho de boca, mucho de independencia, mucho de pureza, mucho de gaitas, y luego se derrite cuando ve al Juli toreando con el mando a distancia un novillo aborregado. Si no, consulten crónicas de ferias pasadas, están ahí. Este tío pega más bandazos que el coche fantástico. En fin.
ResponderEliminarSaludos
Javier
Si Javier, te doy la razón en parte, cuando uno en un momento determinado, ingenuamente, creyó que podía ser quien, salvando las distancias, podría intentar dignamente seguir la ruta marcada de forma magistral por D. Joaquín Vidal, que fue su maestro,se da cuenta que a veces pega unos demarrages brutales, sin ir más lejos en lo que resaltas y en su crónica de la última novillada que lidió la ganadería de "Hijos de D. Celestino Cuadri" en Sevilla, sin embargo este artículo es un diagnóstico claro de como está la fiesta en el 90 % de la piel de toro y concretamente en Sevilla, y su artículo del día 25 pasado sobre lo que pasó en el ruedo maestrante el pasado me ha parecido magnífico, con un matiz que para mí falta, los victorinos "si, pero no" aunque ganaran la batalla a los toreros, pero que decir si el ganadero está satisfecho, lo que indica cual es su ruta, porque efectivamente salió el toro pero no el que esperamos de esa otrora señera ganadería...espero que esta línea que lleva desde hace un tiempecillo sea la que mantenga en el futuro y su debilidad con el Juli, aunque no la comparto y sin que sirva en absoluto como apoyo a este torero, no dejo de reconocer que es el único que aún todavía podría pegar un puñetazo en la mesa y poner firme a todos a esos ganaduros, empresarios y esos chicos del G 10 porque puede, con capacidad de lidia, con el toro que queremos que salga en las plazas como así lo ha demostrado en algunas ocasiones,muchas menos de las deseables y necesarias, pero cuando hace las mismas sinvergonzonerías que el resto hay que tratarlo igual y además con mayor dureza pues "en pudiendo no quiere"
ResponderEliminarSaludos
Pgmacias