Les enlazo y copio el inicio del artículo de Antonio Lorca que publica hoy El País bajo el título de " Un café solo frío y un cigarro negro":
Le encantaban el café solo, bien cargado y frío, y un ducados entre los dedos; y así, la tertulia no tenía fin. Los toros siempre sobre la mesa, hablaba, escuchaba y respetaba, pero sus ideas eran firmes, incluso radicales, a veces, porque, por encima de todo, defendía la pureza de la fiesta frente a la decadencia de la modernidad y las tropelías de los taurinos. Miraba con ese gesto serio tan suyo, que pudiera parecer adusto, —quizá, en el fondo no era más que un tímido—, y mezclaba sus sensatas opiniones con un finísimo sentido del humor. Era un periodista de los de antes, un obseso de la noticia y amante de la noche para analizar y corregir los textos escritos con las prisas del cierre del periódico; un aficionado cabal, enamorado del toreo auténtico y exigente con el toro y el torero. Un crítico que hizo añicos los esquemas tradicionales y adobó su compromiso con un deslumbrante dominio del lenguaje. Admirado por todos y, también, vituperado por aquellos pocos que vieron en su constante búsqueda de la verdad una amenaza para sus intereses. Pero era, sobre todo, un hombre grande, un periodista admirable, una persona decente…(Sigue...)Foto: Campos y Ruedos
Igual que Barquerito
ResponderEliminarEternamente agradecido a Joaquín Vidal.
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