He conocido críticos. Mitos aparte (Alfonso Navalón y otros). Casi todos hacían gimnasia de barra de bar, malabar con la cartera, genuflexión, lametazo y glorificación del postulante. Jamás les vi pagar una entrada. Matan por un callejón y su segundo de gloria. Juntar las letras o poner la voz en cualquier garito para hacer gratis el deporte de ir de plaza en plaza. Ninguno espléndido. Muchos roedores de burladero y manguito, empequeñeciendo a la fiesta. Joaquín Vidal era literatura. Dominaba el periodismo taurino desde una tribuna literaria y profunda. Dominaba primero el lenguaje. Escribía. Dominaba la materia. Y era honrado con todos los haces de luz capotera que atravesaban sus cuadriculadas lentes de pasta. La muleta planchá fue un poemario. Leerla hoy resucita a Antonio Chenel Antoñete y la magia de aquel día. ( Sigue...)
jueves, abril 12, 2012
Sobre Joaquín Vidal
Escribe de Purísima y Oro. Les copio el inicio (bueno, casi todo el post)
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Joaquín Vidal era un mounstrou...y que manera de escribir este purisima está para escribir en El pais¡¡
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