Javier: El otro dia te mandé unas declaraciones de Manzanares en las que sostenía que el toreo se acerca mucho a un ballet. Después de "la apoteosis de ayer", el crítico Antonio Lorca va por el parecios rumbos:
ANTONIO LORCA:
Este es el toro que gusta hoy: con cara y trapío de novillo, sin casta, con las fuerzas justísimas y con una clase excepcional. Vamos, que el lote de Manzanares se parecía a un toro bravo y encastado como un huevo a una castaña.Dos ovejitas obedientes y dulces de corazón que permitieron que un artista jugara al toro con ellas. ¿Dónde está el toro vibrante, encastado y codicioso?¿Dónde el toro desafiante y poderoso y el torero heroico?
Este es el toreo de hoy, que más se parece a un paso de ballet que a la lucha entre un animal bravo y noble y un ser humano. Lo de ahora, lo de ayer, es otra cosa;es almíbar, hermosa, dulce y empalagosa, pero nada vibrante. Priman el buen gusto y la elegancia, pero no hay emoción, ni conmoción, cimientos del toreo deverdad.
Honor y gloria a Manzanares, y que dure muchos años. Pero el toreo auténtico nunca fue cursi, y el suyo se asoma, -elegantemente, eso sí- a ese bello precipicio.
---Toros de Victoriano del Río, mal presentados, mansos,blandos, descastados y muy nobles; destacaron segundo y quinto.
El genio de Verdi en La Traviata ya sacaba gitanas que auguraban este futuro y al valiente matador "PIQUILLO" elegante bailarin rodeado de obedientes toros de cartón.
Olvidemos las tauromaquias de Pepe Hillo y Pedro Romero. Olvidemos a Rafael Ortega , tan repetido por tí, ... El que sabía de esto era Don Giusepe Verdi.
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