Taberna
de Antonio Sánchez
C/
Mesón de Paredes, 13 – 28012 Madrid
Tfno.: +34 915 397
826
Cuenta
la tradición que esta taberna de la calle Mesón de Paredes 13 ha
estado regentada ininterrumpidamente, desde su apertura en 1830, por
gente relacionada con el mundo taurino. No es exactamente así, pues
desconocemos quién fue su fundador real, y hubo lapsos de tiempo en
que sus propietarios fueron comerciantes de vino. Sin embargo sabemos
que hacia 1870 un torero apodado "Colita" (seguramente de
aquella famosa dinastía de picadores, apellidados Uceta) era
propietario de la taberna, y que de "Colita" el negocio
pasó a manos del matador José Sánchez del Campo, "Cara-Ancha",
quien a su vez lo transmitió en 1884 a Antonio Sánchez Ruiz y otros
familiares, comerciantes de vino de Valdepeñas.
En
ese edificio de la calle Mesón de Paredes nació, el 10 de junio de
1897, Antonio Sánchez Ugarte, quien con los años llegaría a ser
matador de toros, propietario por herencia de la taberna que acabaría
llevando su nombre, y pintor. Al fallecer el torero en 1964, regenta
el establecimiento su hermana Lola y en 1979, cuando el encargado
Tasio se jubila, se cierra el local. Juan Manuel Priego reabre el
negocio en 1982 y Francisco Cíes "Niño del Matadero" se
encarga desde entonces de la gerencia.
Aquí
se han celebrado innumerables tertulias taurinas, y la taberna aún
sigue siendo punto de encuentro de aficionados y profesionales. El
pintor Ignacio Zuloaga mantuvo en este lugar una de sus reuniones
semanales, a la que asistía el escritor y crítico taurino AntonioDíaz-Cañabate, quien retrató el ambiente en su obra "Historia
de una taberna"
Aparte
de los elementos clásicos de las tascas de la época que se
conservan, como el fabuloso mostrador de estaño y madera que por sí
solo aconseja la visita, la taberna de Antonio Sánchez es un
auténtico museo taurino que atesora todo tipo de valiosos recuerdos,
entre los que destacan las tremendas cabezas de dos toros estoqueados
a principios del siglo XX, carteles antiguos, retratos y curiosas
fotografías.
De
entre todos los productos culinarios que aquí se elaboran, es
obligado mencionar esas famosas torrijas que, según se cuenta, en
tiempos se enviaban diariamente a Palacio para el desayuno de la
familia de Alfonso XIII. Asimismo son muy celebrados sus caracoles
guisados, el rabo de toro, la tortilla de San Isidro, los huevos
estrellados, los callos, los chipirones o el bacalao guisado con
huevos. El vino, como corresponde a una taberna con solera,
magnífico.
Martín
Ruiz Gárate
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