martes, abril 10, 2012

De una entrevista de Campos y Ruedos a Joaquín Vidal

El problema es que algunas personas pueden llegar a sacar conclusiones generales de lo que pueda decir en una determinada crónica. Cuando, tras una corrida concreta, escribo que fulano estuvo desastrosamente mal es solamente un comentario de ese evento particular, en un momento dado, no es una sentencia sobre la dirección que un individuo está siguiendo, o de su carrera, o de sus cualidades fundamentales. Es verdad que algunas personas tienen problemas en aceptar esta idea. El problema se incrementa cuando hablas de las “figuras”, cuando son devaluadas por la pobre calidad de los animales a los que se enfrentan. Hay gente que cree que la he tomado con Ponce, o Joselito, pero esto no es verdad. Fui uno de los primeros en hablar bien de Ponce, cuando se encontraba en sus albores de novillero, aún antes de que los periodistas de Valencia le hubiesen descubierto. Lo mismo sucede con Joselito. Y ¿qué está pasando hoy en día? Cuando les veo torear lo hacen con animales que están la mayor parte del tiempo en el suelo y parecen incapaces de mantenerse de pie. Todas las tardes es lo mismo. ¡No les puedo poner en un pedestal cuando están la mayoría de las tardes matando toro inválidos!
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Parece que el público de Madrid está evolucionando negativamente. En el tendido 7 hay algunos imbéciles pero, en general, los aficionados del tendido 7 y su lucha por la verdad e  integridad es excelente y por tanto, yo salto inmediatamente en su defensa. Afortunadamente, gracias al público del tendido 7 (y algunos, pocos, de los tendidos 8 y 4) se mantienen los niveles mínimos exigibles en el ruedo de la primera plaza del mundo. Pero el día en que consigan que desaparezcan las voces del tendido 7 – y ese día llegará desgraciadamente – podrá usted decir ¡adiós a la plaza de Madrid! La Ventas se convertirá en otra plaza parecida a Valencia o a Benidorm. Es muy triste escuchar a los taurinos y sus lacayos comentar que el público del 7 no tiene respeto a los toreros. En un partido de fútbol, cuando el balón entra en la portería es gol. Y eso es todo. El equipo que marca más goles gana el otro pierde. No hay discusión. Pero en los toros es bastante más distinto y el público tiene un gran papel que jugar en el espectáculo. Cuando un aficionado grita “el pico...” a un torero, está haciendo un comentario sobre su forma de torear. No existe, de ninguna manera, falta de respeto a un ser humano. La prueba es que si el citado torero corrige el uso del “pico” y comienza a torear “como Dios manda”, el mismo aficionado, un instante después gritará “olé...”.Esta es la esencia de este espectáculo: las palmas y los pitos. La fiesta es lo que el público juzga que es : bueno, malo o regular. Esta es la razón por la que es esencial que el público se exprese. Aquellos a los que les gustaría que el público se mantuviese callado, como si fuesen una masa anodina, están defendiendo las posturas corruptas de una parte interesada
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Como resumen, ¿cuáles son los toreros y ganaderos que más le han impresionado a lo largo de su carrera? – Hay muchos y sería imposible nombrarlos a todos. De los ganaderos, tengo una grata memoria de Graciliano Pérez Tabernero. La ganadería que más me ha impresionado es la de Isaías y Tulio Vázquez. Victorino, en mi opinión, es el mejor criador de toros(...)Con respecto a los toreros, ha habido muchos también pero, sin lugar a duda, yo diría que Antonio Bienvenida. Es el que ha interpretado el arte de torear de la manera que yo lo hubiera hecho. 
Vía: Campos y Ruedos
Nota: No he localizado en esa web la entrevista que en su día transcribimos en nuestro blog, así que enlazo a esta

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