El pasado sábado tuve la inmensa suerte de asistir, junto a Antonio José, a un tentadero de vacas en la finca de Adolfo Rodríguez. Trás esa visita surge el acertado post de La Tienta. Copio el final.
Todavía queda sangre brava en algunas fincas –suficiente- (limpias de epidemias monoencastísticas), todavía hay toros que por sus hechuras, por sus miradas de bravos, por su hondura pueden hacer levantarnos de nuestros asientos. Y los aficionados debemos buscarlos allá donde se lidien, en Zaragoza, Francia o en las humildes localidades castellanas donde pelearán de bravos, los bellos cuatreños de la ganadería de Adolfo Rodríguez Montesinos que os traigo en estas fotos.
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