En la corrida nº 35 de esta temporada (ya ha costado) ha saltado por fin al albero de las Ventas un encierro encastado y bravo, con un toro extraordinario, el tercero al que se le ha dado una vuelta al ruedo porque su valiente matador ha dejado que se viera citandole de lejos.
El encierro pertenecía al hierro portugués de Palha y estaba muy bien presentado. Han destacado cuatro toros: el primero de impresionante arboladura, playero, algo veleto y muy astifino, un toro que daba pavor y cuyo comportamiento ha sido variable pero que ha empujado bien en el caballo y acudía presto a la muleta, el tercero, encastado, bravo, noble y codicioso pero de embestida suave. El cuarto de similares condiciones aunque no tan acusadas y el sexto que ha recibido un severísimo castigo en el primer tercio y parecía agotado pero que se ha venido arriba en la muleta y ha ofrecido lo mejor que tenía, una embestida noble.
La corrida ha resultado muy interesante, hemos visto toros puestos de largo en el caballo que apretaban metiendo los riñones y se picaban solos, como se pican los toros bravos, lástima que la mayoría de los puyazos hayan caído bajos, traseros y descolocados, algunos con descaro, la técnica, el oficio de los picadores está en declive total, subidos en el acorazado parecen inexpugnables criaturas que reparten leña sin medida. Y precisamente la medida y el trato que recibe el toro en ese primer tercio condiciona su comportamiento posterior en la muleta.
El tercero y el sexto le han correspondido a Luis Bolívar, torero valiente, muy valiente, que ha citado de lejos al potentísimo tercero y ha aguantado sus codiciosas embestidas sin pestañear, lástima que su falta de experiencia no le haya permitido embarcar esas embestidas en la muleta y someter al toro que en definitiva se ha quedado sin torear. Valor y oficio son necesarios para lograr torear un toro encastado y a Bolívar le ha faltado el oficio uno de los dos pilares básicos de la tauromaquia pero ha demostrado un extraordinario arrojo cuando sorprendido por el sexto que le ha propinado una buena voltereta ha vuelto sin mirarse a la cara del toro para continuar la faena exponiendo mucho.
A Luis Miguel Encabo, que toreaba (o debiera haberlo hecho) el primero y el cuarto, le han desbordado ambos de manera lamentable como lamentable ha sido su faena al cuarto, al que ha pretendido esconder para minorizar su impotencia. También ha estado fatal con los aceros. Está pasando una mala racha demasiado larga este torero que nos entristece porque vemos que empeora cada año.
A Sánchez Vara le hemos visto con ganas pero no ha sido capaz de torear a ninguno de su lote fallando además con los aceros, el toro sin torear dificulta mucho la ejecución de la suerte de matar y pasar la aduana marcada por las astas y la casta de estos toros supone un sumo ejercicio de valor que no está al alcance de casi nadie.
Hemos desbancado al aburrimiento y al tedio que nos venía invadiendo desde el comienzo de la Feria y hemos gozado viendo toros, ya era hora.
Jandro
jueves, 29 de mayo de 2008
El encierro pertenecía al hierro portugués de Palha y estaba muy bien presentado. Han destacado cuatro toros: el primero de impresionante arboladura, playero, algo veleto y muy astifino, un toro que daba pavor y cuyo comportamiento ha sido variable pero que ha empujado bien en el caballo y acudía presto a la muleta, el tercero, encastado, bravo, noble y codicioso pero de embestida suave. El cuarto de similares condiciones aunque no tan acusadas y el sexto que ha recibido un severísimo castigo en el primer tercio y parecía agotado pero que se ha venido arriba en la muleta y ha ofrecido lo mejor que tenía, una embestida noble.
La corrida ha resultado muy interesante, hemos visto toros puestos de largo en el caballo que apretaban metiendo los riñones y se picaban solos, como se pican los toros bravos, lástima que la mayoría de los puyazos hayan caído bajos, traseros y descolocados, algunos con descaro, la técnica, el oficio de los picadores está en declive total, subidos en el acorazado parecen inexpugnables criaturas que reparten leña sin medida. Y precisamente la medida y el trato que recibe el toro en ese primer tercio condiciona su comportamiento posterior en la muleta.
El tercero y el sexto le han correspondido a Luis Bolívar, torero valiente, muy valiente, que ha citado de lejos al potentísimo tercero y ha aguantado sus codiciosas embestidas sin pestañear, lástima que su falta de experiencia no le haya permitido embarcar esas embestidas en la muleta y someter al toro que en definitiva se ha quedado sin torear. Valor y oficio son necesarios para lograr torear un toro encastado y a Bolívar le ha faltado el oficio uno de los dos pilares básicos de la tauromaquia pero ha demostrado un extraordinario arrojo cuando sorprendido por el sexto que le ha propinado una buena voltereta ha vuelto sin mirarse a la cara del toro para continuar la faena exponiendo mucho.
A Luis Miguel Encabo, que toreaba (o debiera haberlo hecho) el primero y el cuarto, le han desbordado ambos de manera lamentable como lamentable ha sido su faena al cuarto, al que ha pretendido esconder para minorizar su impotencia. También ha estado fatal con los aceros. Está pasando una mala racha demasiado larga este torero que nos entristece porque vemos que empeora cada año.
A Sánchez Vara le hemos visto con ganas pero no ha sido capaz de torear a ninguno de su lote fallando además con los aceros, el toro sin torear dificulta mucho la ejecución de la suerte de matar y pasar la aduana marcada por las astas y la casta de estos toros supone un sumo ejercicio de valor que no está al alcance de casi nadie.
Hemos desbancado al aburrimiento y al tedio que nos venía invadiendo desde el comienzo de la Feria y hemos gozado viendo toros, ya era hora.
Jandro
jueves, 29 de mayo de 2008
Foto: Manon
El TORO de CUADRI último, era más de vuelta al ruedo que este ,que no humilló en ningun momento y se empleó menos en varas que algunos de sus hermanos.De todas formas, una corrida muy entretenida de ver.
ResponderEliminarFernando
Estoy de acuerdo.
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