Cartel de lujo

Manuel Jesús “El Cid” es en este momento el torero que más quilates atesora de todo el escalafón y hoy compartía cartel con dos espadas que gozan también de amplio predicamento en el universo taurino.
Teníamos pues uno de los carteles más redondos de la feria en lo que respecta a los toreros, emborronado sin embargo por la presencia de una ganadería muy desprestigiada debido a los fiascos que ha traído a Madrid las últimas temporadas y con la que toreros como el mismo Cid habían visto imposible el lucimiento.
Pensamos que la ganadería habría sido elegida por los toreros y no impuesta por la empresa, y no se entiende que unos toreros de fuste elijan una ganadería tan floja.
Los toros que han saltado al albero, de escasa presencia y muy mermadas fuerzas aguantaban lo justo y llegados a la muleta todavía tenían diez o doce muletazos. Han superado las expectativas que barajábamos dentro de su nivel de escasa categoría.
Ni Juan Bautista ni Alejandro Talavante han sabido aprovechar los muletazos que estos toros modernos de ida y vuelta les ofrecían, han intentado una pelea que tenían perdida de antemano por su estéril planteamiento, como si fueran unos maletillas aficionados. Parece mentira. Además a Juan Bautista le ha tocado el mejor toro de la tarde, negro chorreado que ha salido en cuarto lugar y no ha logrado torearlo.

Pero ha llegado el Cid y ha roto los esquemas prefabricados, al quinto toro “Portilloso” colorado, de 581 kilos le ha citado de lejos por el pitón izquierdo y le ha toreado al natural con oficio y con valor, embarcando y templando la embestida del toro que repetía con codicia. Por ese mismo pitón ha seguido la faena compuesta por cuatro o cinco series más con un toreo limpio y pausado dando siempre la distancia adecuada que ha llegado a los tendidos como agua de mayo. Lo ha intentado por el pitón derecho pero ahí el toro no respondía igual y ha vuelto al izquierdo. Adornos y trincherillas han rematado la faena mejor que hemos visto en Madrid esta temporada. Finalmente tres pinchazos y descabello han dejado al diestro sin trofeos y tan disgustado que no ha querido ni dar la vuelta al ruedo, cosa que había hecho con menor motivo al término de su faena al segundo toro cuya escasez de fuerzas ha privado al Cid de un mayor lucimiento.
¡Qué mano izquierda tiene el Cid!
Lástima de Tizona que le ha quitado tantas orejas, pero la faena ahí queda, para su gloria y gozo de la afición que sabe valorarla.

Jandro
jueves, 15 de mayo de 2008, San Isidro

FOTO: Paloma Aguilar