Con “los peñajaras” hicieron lotes de “dos gustos”, de nata y fresa como los helados de corte antiguo, pero como la tarde se puso fresca, Floro decidió a última hora presentarlos en plan “bombón fino”: Trufa sarda y chocolate negro.
Pasaban los “delicatessen” a Manolo Sánchez, fino torero de Valladolid, y un par de trazos por aquí y un quiero y no puedo por allá. Está Manolo en plan Don Manuel inapetente y pasa de postre.
Pruebe usted maestro Eugenio, y el de Toledo tenía un muermazo encima que dormía a las ovejas de
La fina dulcería cayó en manos de “Electricidad Barrera” que se puso en el frenesí histérico de los trapazos de alta tensión ,que mas que torear trataba a los bombones con un lanzallamas,... : “!Antonio, que se derriten!”, dijo un castizo del 7.
Y así terminó la tarde, la afición salió con los plomos fundidos bajo los chubasqueros, los toros íntegros en el desolladero, la gloria ausente y la puerta grande mas hermética que la del Banco España.
Santidad que pena de "bombones"...y los chicos sin enterarse...quizás es que no los pusieron en la "carta"
ResponderEliminarUn abrazo
Pgmacias
Enhorabuena por la crónica, Costillares. Me ha encantao, de verdad.
ResponderEliminarUn saludo
LEAL A UCEDA
Me se ha olvidao comentar lo mismo que a tí, Costillares; que son precisamente esos toros tan buenos, (bombones, postres, de cortijo o cómo querais denominarlos) los que descolocan a los malos toreros.
ResponderEliminarAsí que algún mérito tendrá saber hacer el buen toreo con ellos.
LEAL A UCEDA
La crónica es del "papa negro"
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