Hola Javi, estaba releyendo una copia que me hizo mi amigo y gran aficionado Javier Serrano del libro de Emilio Casares, Valladolid 1935, impreso en la tipografía Manolete, sita a la sazón en la Calle Perú de la misma ciudad y he pensado en transcribirte algunos párrafos por si te van bien para el blog, ya que creo que responden muy bien al sentir del verdadero aficionado y a la linea del propio blog.
"Los tiempos modernos plenos de mercantilismos han invadido la hermosa fiesta, suplantando los nuevos ideales de los placeres y el oro a los antiguos y así presenciamos con dolor, las nuevas gestas por ese ideal aparecido en un atardecer de visiones fastuosas. La evolución ha podido con la tradición. Eso es todo. Y al irse ese pasado que se lleva un mundo de majeza, de rumbo, de momentos emotivos, que la nueva generación no siente, la fiesta decae en lo que fue consustancial de ella. Queda lo espectacular, lo aparente y al degenerar pierde esa pasión emocionada de los públicos (...)
Se van despojando poco a poco las corridas de toros de sus derechos más legítimos para ir procurando el logro de mezquinas prebendas, que en solapada lucha se disputan, precisamente los que más obligados están a defenderlas.
“Y así vemos como toda la lidia moderna es adaptación a ese plan de apariencia que quieren darla los toreros en la actualidad, mixtificando todos los tercios de la lidia, sobre todo el de la suerte suprema que se encuentra en desuso. Apenas si queda algo de él. Aquello que escribiera Teófilo de Gautier “la emoción que hace sufrir un matador colocado en el momento de ir a ejecutar la suerte suprema vale más que todos los dramas de Shakespeare” no reza en la hora presente pues salvo en honrosas excepciones es poca la emoción que se hace sentir al entrar a matar según la practican hoy en día. (...)
Se ha desatado un vendaval de codicias y perversidades que interrumpen la tranquilidad y buena marcha de la fiesta hispana.
Lo mismo que hoy se cría a los aspirantes a fenómenos en los hogares porque no se les ha infiltrado más que el concepto de la administración cosa que es preciso hacer en los tentaderos capeas y ferias pueblerinas en lucha noble franca y abierta a veces contra el mismo Destino, hoy se fabrica el toro en la dehesa y pensando siempre en el torero y de las siguientes características: poca cabeza, poco desarrollo de pitones, poca fuerza y regorditos, con el que todos son figuras preeminentes no escatimando para ello ni en sacrificios materiales, ni en andar a la zaga como merodeadores y tránsfugas con tal de aparecer como estrellas rutilantes y deslumbradoras a la faz del mundo.
Hay que exterminar si queremos que la fiesta resurja todo lo que significan esos pleitos hoy tan en boga, esas imposiciones arbitrarias y ese administrativismo que eleva a figuras a los que en realidad no debieran ser más que artistas mediocres o más aún del montón que se creen como tales, por unos cuantos triunfos falaces y efímeros, las más de las veces; pero de los cuales se aprovechan esa élite de amigos que los rodea para explotarles y engreídos por tanta frase encomiástica llevada hasta el paroxismo de la ridiculez se forjan ilusiones hijas de los personales egoísmos de las susodicha pléyade y esa es justamente las que les lleva al fracaso. Además como se ve luego bien claramente, cuando hay que enfrentarse con el toro están incapacitados para mantenerse por sus propios méritos.
(...)
Quiero hacer constar finalmente que si seguimos como hasta aquí, la fiesta de los toros irá perdiendo poco a poco hasta quedar convertida en un juego sin emoción y peligro. Y si a los toros se les quitan esas cualidades dejarán de subsistir”
"Los tiempos modernos plenos de mercantilismos han invadido la hermosa fiesta, suplantando los nuevos ideales de los placeres y el oro a los antiguos y así presenciamos con dolor, las nuevas gestas por ese ideal aparecido en un atardecer de visiones fastuosas. La evolución ha podido con la tradición. Eso es todo. Y al irse ese pasado que se lleva un mundo de majeza, de rumbo, de momentos emotivos, que la nueva generación no siente, la fiesta decae en lo que fue consustancial de ella. Queda lo espectacular, lo aparente y al degenerar pierde esa pasión emocionada de los públicos (...)
Se van despojando poco a poco las corridas de toros de sus derechos más legítimos para ir procurando el logro de mezquinas prebendas, que en solapada lucha se disputan, precisamente los que más obligados están a defenderlas.
“Y así vemos como toda la lidia moderna es adaptación a ese plan de apariencia que quieren darla los toreros en la actualidad, mixtificando todos los tercios de la lidia, sobre todo el de la suerte suprema que se encuentra en desuso. Apenas si queda algo de él. Aquello que escribiera Teófilo de Gautier “la emoción que hace sufrir un matador colocado en el momento de ir a ejecutar la suerte suprema vale más que todos los dramas de Shakespeare” no reza en la hora presente pues salvo en honrosas excepciones es poca la emoción que se hace sentir al entrar a matar según la practican hoy en día. (...)
Se ha desatado un vendaval de codicias y perversidades que interrumpen la tranquilidad y buena marcha de la fiesta hispana.
Lo mismo que hoy se cría a los aspirantes a fenómenos en los hogares porque no se les ha infiltrado más que el concepto de la administración cosa que es preciso hacer en los tentaderos capeas y ferias pueblerinas en lucha noble franca y abierta a veces contra el mismo Destino, hoy se fabrica el toro en la dehesa y pensando siempre en el torero y de las siguientes características: poca cabeza, poco desarrollo de pitones, poca fuerza y regorditos, con el que todos son figuras preeminentes no escatimando para ello ni en sacrificios materiales, ni en andar a la zaga como merodeadores y tránsfugas con tal de aparecer como estrellas rutilantes y deslumbradoras a la faz del mundo.
Hay que exterminar si queremos que la fiesta resurja todo lo que significan esos pleitos hoy tan en boga, esas imposiciones arbitrarias y ese administrativismo que eleva a figuras a los que en realidad no debieran ser más que artistas mediocres o más aún del montón que se creen como tales, por unos cuantos triunfos falaces y efímeros, las más de las veces; pero de los cuales se aprovechan esa élite de amigos que los rodea para explotarles y engreídos por tanta frase encomiástica llevada hasta el paroxismo de la ridiculez se forjan ilusiones hijas de los personales egoísmos de las susodicha pléyade y esa es justamente las que les lleva al fracaso. Además como se ve luego bien claramente, cuando hay que enfrentarse con el toro están incapacitados para mantenerse por sus propios méritos.
(...)
Quiero hacer constar finalmente que si seguimos como hasta aquí, la fiesta de los toros irá perdiendo poco a poco hasta quedar convertida en un juego sin emoción y peligro. Y si a los toros se les quitan esas cualidades dejarán de subsistir”
Está visto que no hemos avanzado nada desde 1935
Nota: Santi, esperamos mas aportaciones tuyas. Un fuerte abrazo
Acabo de ver que en la página web de Victorino están las fotos de los toros para Madrid. A ver qué os parecen.
ResponderEliminarDesperdicios