Juan contesta a la pregunta que le planteo al final de mi anterior post, envía un comentario que decido copiar aquí:Querido Javier, gracias por tu interes: precisamente a eso me referia. Entiendo la buena intención de centrar el eje de las insatisfacciones y la necesidad de regeneración de la fiesta en el toro. Pero si lo pensamos un poco, los cuchillos, pueden ser grandes o pequeños, afilados o romos, de postre de pescado o de carne, pero solo la voluntad del que los maneja, los convierte en arma de asesinato o en utensilio para salvar vidas. En estos tiempos materialistas que vivimos lo que está en crisis no son los toros; son los hombres y mujeres que hacen los toros. El toro de lidia es una "creación" del hombre. Los toros de lidia no crecen en el campo por generación expontanea como los cardillos, las setas de cardo o los esparragos.
Ante un publico SENSIBLERO que huye del dolor y de la conciencia de la muerte, es incongruente la existencia de la ROTUNDA figura del torero. Un hombre que representa un arquetipo que debe "IDEALMENTE" anteponer la conciencia etica de la transcendencia de su oficio a su propia vida(1). Y si el torero no quiere serlo en plenitud, por muy en puntas, por muy "feroches" y enrazados que salgan los toros, nunca veremos torear como mandan los canones.
Decia Ortega y Gasset que hacen falta dos mil años de civilización para construir un hombre culto, pero hacen falta solo dos o tres de abandono y dejadez, para convertirlo de nuevo en una bestia maloliente. Respetemos al toro, pero solo como espejo de los hombres."
(1)Nota añadida: me tomo la libertad de citar a Bergamín:"Cuando un torero sale a torear claro está que se está jugando su vida; pero se está jugando de esa vida suya algo que es más, mucho más para él, que su vida en aquel instante; el torear bien, salvándola de ese mortal riesgo; el ser o no ser de verdad un torero, un buen torero.(...)"
Lo afirmado por Juan me parece de sumo interés:
ResponderEliminarEs muy posible que los tiempos vayan en contra de lo que representan los toros y los toreros.
No nos engañemos. La tauromaquia es una reliquia de un mundo ya perdido. Se mantiene con vitalidad por razones difíciles de explicar.Ya lo veían así, no sin razón pese a sus fantasías y desconocimiento de la Fiesta, los viajeros del siglo XIX. O determinados autores del XX procedentes de medios más modernos, más cosmopolitas:Welles, Hemingway,Montherlant, Roy Campbell o Barnaby Conrad.
En una época que proscribe lo heróico la tauromaquia tiene los días contados. No por los antitaurinos, que en su confusión sienten más piedad por los animales que por las personas, sino por el espíritu del tiempo.
Sobre la relación del toreo y la muerte, creo que el torero es la más clara expresión, visible, de aquello que Heidegger, llamaba "ser para la muerte". (Julián Marías traducía de una manera mucho más comprensible: "Estar a la muerte". )
El torero "está a la muerte" real y ritualmente más que cualquier otro tipo humano. Esto también lo convierte en una figura incomprensible en una época en la que la muerte se banaliza y oculta en una estética de tanatorio.
Y vistas así las cosas, sin riesgo, sin belleza, sin sentido de la vida y de la muerte, la tauromaquia no podrá existir. Es algo de otros tiempos, que no eran perfectos, qué duda cabe, pero que no carecían de autenticidad y de rasgos admirables .
Por otra parte, los modelos a seguir son otros, desgraciadamente, no precisamente los toreros valientes, en los que antiguamente se aunaba lo naturalmente, aristocrático con lo popular.
Todo esto da a nuestra afición un sentido fundamentalmente trágico. Con la grandeza de las cosas que se acaban y que ya muy pocos comprenden.
Saludos y una vez más mis felicitaciones por su blog.
En mi humilde opinion, las reflexiones del Sr. Gómez de Lesaca debieran ser enmarcadas junto a las de JUAN.
ResponderEliminarY después callar.
Creo que son muy importantes estas reflexiones: espero mas opiniones
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