A veces los aficionados nos llenamos la boca pidiendo el toro íntegro, pero eso solo no basta, debemos exigir de los toreros y sus mentores compromiso con la Fiesta, y ese compromiso debe pasar por aprender bien su oficio y estar preparados para resolver la ecuación que cada toro -sea del encaste que sea- plantea en la plaza con suficiencia y conocimientos. El problema del toro es serio, pero el de los toreros no le va a la zaga.
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