Esa es la verdadera apuesta para ser torero. Es el compromiso que ha de adquirir cada uno cuando inicia su carrera profesional. Es la exigencia que cada uno de los aficionados debe tener presente cuando acude a una plaza. Con el toro es posible, con el toro todo es plausible. Por ende, sin él, todo es censurable, todo tiene un tinte falso, un fraude, una farsa.
Buen artículo de Antolín Castro
ResponderEliminarPmacias