miércoles, noviembre 14, 2007

Carta de la Asociación Taurina "El 7 de Ciudad Real" al Delegado del Gobierno

SEÑOR DELEGADO:

En cumplimiento de lo acordado en asamblea extraordinaria de fecha 30 de Octubre del año en curso, me dirijo a Vd. para, en nombre de la Asociación Taurina “El 7 de Ciudad Real”, solicitarle sea destituido el actual presidente de la plaza de toros de Ciudad Real, D. Gregorio Herrero, por su continuada actitud nada seria y formal cuando ejerce sus funciones, tipificadas en el actual Reglamento de Espectáculos Taurinos, además de otorgar premios en exceso, impropios bajo el punto de vista de cualquier aficionado, para una plaza de capital de provincia (2ª categoría). Todo ello viene a dar como resultado que a nuestra plaza no se la tome con la seriedad debida por los propios profesionales, por los ganaderos, por los espectadores, ni en general por los aficionados de cualquier punto del orbe taurino. En conclusión, nuestra plaza al paso que va, va a llegar a ser la rechifla general por no ponerse los medios para evitarlo. Estamos viendo cómo plazas de toros de 3ª categoría (Almagro, Daimiel, Villarrubia de los Ojos…etc.) cuidan aspectos esenciales (presentación de los toros, criterios definidos…etc.) logrando por ello estar más consideradas y resultar más atractivas para el aficionado que lo que pretende es la utopía de que se cumpla el Reglamento y presenciar autenticidad y verdad en el ruedo. Eso, Señor Delegado, en Ciudad Real no lo tenemos ni de lejos, fundamentalmente por la manera cómo el actual presidente considera que debe ejercer como tal. En estos años hemos llegado a especular con la posibilidad de, que por su edad tan avanzada, no fuera capaz de mantener la tensión para llegar a sostener un criterio reglamentario ante los numerosísimos intereses de todas las personas que viven del toro, quienes precisamente por esta circunstancia polemizan todo lo que pueden; es decir llegan hasta el punto donde les dejan llegar. ¿Quién debe poner el límite? Por supuesto el presidente (basándose, insistimos, en el Reglamento); el que representa a la Autoridad Competente; el que le representa a Vd. señor delegado.
La actitud referida, que seguidamente se reflejará, ha sido constante y mantenida desde que comenzó sus tareas como presidente suplente hasta hoy como titular, abordando con enorme ligereza, como se verá, aspectos muy graves e importantes que a él se le encomienda tratar con profundidad y responsabilidad a través del Reglamento.
Es rutina ver cómo de manera sistemática el actual presidente, aún cuando los equipos veterinarios reflejan en sus informes la invalidez de las reses (a veces el informe ha sido negativo, como en esta Feria, para todos los toros presentados) reacciona aprobando todos bajo su responsabilidad. Es rarísimo que alguna vez rechace alguno. Se puede comprobar cuando se desee revisando las actas. De ahí que no sorprenda a nadie de los que están en los corrales que jamás tome alguna nota, o que tenga alguna vez la más mínima diferencia de opinión con el ganadero o con el empresario, como ya se ha indicado anteriormente.
Es imposible que el sr. Herrero, llegando a la plaza diez minutos antes de la hora anunciada para el comienzo del espectáculo, dé cumplimiento a lo que se dispone en el artículo 69 del Reglamento: “Antes de ordenar el comienzo del espectáculo, el Presidente y el Delegado Gubernativo se asegurarán de que han sido tomadas todas las disposiciones reglamentarias, de que el personal auxiliar de la plaza ocupa sus puestos y de que en el callejón se encuentran solamente las personas debidamente autorizadas”.- No nos extraña pues, que el callejón sea un hervidero de gente variopinta que lo único que pretenden es que se les vea desde la grada, y sobre todo, y lo más grave, es que estorban a todos los profesionales que trabajan en esa parte de la plaza. O sea, que de control del callejón nada.
No llegamos a encontrarle explicación (aunque la sospechamos) a que traslade al suplente la responsabilidad de presidir las corridas más complicadas e importantes. Otra cosa diferente es que le dejase a este presidir espectáculos menores (novilladas sin picadores, espectáculos cómicos…etc.) con el fin de que se fuera “rodando” y adquiriendo experiencia. ¡Pues no! Vemos al sr. Herrero en el palco colindante con la familia, pidiendo desaforadamente pañuelo en mano, y con sonrisa principesca, trofeos a su suplente. Es de significar que Ciudad Real no tiene dos presidentes titulares. Tiene uno - que está ahí voluntariamente - , y otro suplente para que actúe en los casos previstos en el Reglamento. Artículo 40. 6)”La ausencia del presidente, a la hora señalada en el cartel para el comienzo del espectáculo será cubierta por el designado como suplente….” y 7):” La ausencia del presidente la justificará el interesado dentro de las veinticuatro horas siguientes, salvo causa de fuerza mayor…”. Sr. Delegado, suponemos que el sr. Herrero le habrá enviado numerosas justificaciones. ¿o no?.
Es público y notorio, que varios festejos taurinos se han dado sin que exista el material necesario para el reconocimiento “post mortem” exigido por la normativa vigente, según se establece en el artículo 28, punto nº 2, apartado c) del vigente Reglamento. Nos consta, y lo podemos demostrar, que el sr. Herrero ha tenido conocimiento previo de tal circunstancia y no ha hecho nada de nada, celebrándose tales festejos, por lo que estaríamos por asegurar que no ha dado cumplimiento a lo que se dispone en el artículo 40, punto nº 3 del citado Reglamento: “El presidente comunicará de inmediato a la Autoridad competente las irregularidades que observe y no se subsanen de modo satisfactorio”. Lo que sin embargo sí aseguramos es que en todos los casos no se subsanó la grave irregularidad de modo satisfactorio. Es que no se subsanó de ninguna manera.
Es normal que el sr. Herrero atienda con diligencia cualquier petición del matador durante la lidia, aunque esta sea irregular y a veces en contra del Reglamento. La petición de música es atendida rápidamente fuera de lugar y sin lógica, provocando así la descolocación y desconcentración de la trama de la faena a lidiadores y espectadores.
Es repelente ver cómo desde el palco, el presidente aplaude, como un espectador más, cualquier lance durante la lidia.
Da vergüenza ajena ver cómo el presidente desde su palco, tras asomarse al colindante donde está su esposa y dedicarle una sonrisa de oreja a oreja, hacerle creer (una broma) que no va a concederle ningún trofeo al torero, y luego sacar dos pañuelos blancos a la vez. Todo ello con el consiguiente jolgorio y cachondeo de la mayoría de los espectadores de la plaza.
No es raro ver colgando en la barandilla del palco un pañuelo que se le ha olvidado quitar, consecuencia de una orden anterior. Eso supone desconcierto, no solo para los espectadores, sino para, lo que es más grave, quienes tienen que obedecer la cadencia que marca el presidente: delegado gubernativo, timbaleros y clarineros, y en general todos los que pisan el albero y que se juegan su integridad física.
Tampoco es raro el que no responda a saludos y peticiones de los actuantes por estar despistado mirando a otro sitio.
Por último es norma en él ceder a peticiones de trofeos fuera de lugar, que el Reglamento marca específicamente como de su propia iniciativa con arreglo a un baremo determinado, lo que hace que todo lo que se haga en el ruedo valga, resultando muy baratos los trofeos concedidos.
El vigente Reglamento de Espectáculos Taurinos, en su artículo 37, dice que “el presidente es la autoridad que dirige el espectáculo y garantiza el normal desarrollo del mismo y su ordenada secuencia, exigiendo el cumplimiento exacto de las disposiciones en la materia…”
Todos debemos saber, y a Vd. sr. Delegado y por ende al presidente, que repito, es quien le representa, tenemos la osadía de recordarle que el objeto de la LEY 10/91, de 4 de Abril, sobre potestades administrativas en materia de espectáculos taurinos, es “la regulación de las potestades administrativas relacionadas con la preparación, organización y celebración de los espectáculos taurinos, al objeto de garantizar los derechos e intereses del público que asiste a ellos y de cuantos intervienen en los mismos.” O sea, que su representante (el presidente, el sr. Herrero) tiene encomendada, entre otras, la importante misión de velar por los intereses de todos. También de los espectadores. Es público y notorio que el sr. Herrero vela por los intereses de todos los que intervienen en los espectáculos taurinos, menos por los que se encuentran en el más alto grado de indefensión: los espectadores; que son en definitiva los que poseen un único resorte para ser defendidos, como es la figura del presidente, pero no sólo durante el festejo, sino en momentos más importantes aún, en los que todos están presentes todos menos ellos: en los corrales, en las operaciones preliminares y post-mortem.
Últimamente, instituciones como la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de la capital, han tomado conciencia del grado ínfimo al que está llegando el nivel de la Fiesta en Ciudad Real, abordando el problema la primera de ellas con decisiones tales como nombrar una comisión taurina formada por aficionados, elaborar con ésta un nuevo pliego de condiciones para las empresas arrendatarias del coso y promover reuniones sistemáticas. En cuanto al Ayuntamiento, no ha tenido inconveniente en sentarse a la mesa y llegar a un compromiso de colaboración económica dentro de sus posibilidades. El esfuerzo, somos conscientes que se está realizando por todos con el fin de mejorar la situación y poner a la plaza de toros de Ciudad Real en el lugar que le corresponde. Pero todo ese esfuerzo será completamente inútil, si el presidente, que es el que toma las decisiones más importantes y que realmente decantan que todo progrese o que sea un fracaso, es una persona como la que hemos descrito: lábil, sin criterio, y jugando a la contra. Por tanto el resultado esta temporada taurina, aún con el esfuerzo hecho por todos, ha sido un completo fracaso.

Por todo ello, y con el respeto debido, le solicitamos tenga a bien sustituir al actual presidente, sr. Herrero, por otro aficionado con criterio (los hay, y buenos) que tenga la voluntad de cumplir y hacer cumplir el Reglamento, y así otra institución, la Delegación Provincial Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, se una al esfuerzo realizado por todos los que he mencionado.

Ciudad Real 8 de Noviembre de 2007
EL PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN TAURINA “EL7 DE CIUDAD REAL”

1 comentario:

  1. Valiente carta, valida casi para cualquier plaza del ruedo iberico.
    A este solo le falta llevar traje de peñista y el vino en el botillo.
    Aunque yo creo que el problema principal de las presidencias en las plazas de toros de primera y segunda categoria es que el que tiene el cargo es un funcionario público. Y normalmente un comisario jefe de policía, cargo que para llegar a él, se necesita además de los méritos propios de su carrera, hacer amigos en diferentes instancias políticas y la política en un país donde está instaurada la partitocracia ya se sabe a donde conduce. Por ejemplo a lo que han descubierto hoy en el ayntamiento de Madrid de la licencias de aperturas y otras.´
    Por norma general se cobra menos en lo público que en la empresa privada.

    BRAGAOMEANO.

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