"Desde el cercado de los borregos"

Escribe Noelia Jiménez en Burladero un artículo, "pelín" empalagoso, en memoria de Juan pedro Domecq. En él leo:
"Y en este cercado de borregos de identidad difusa estaba mucho mejor visto despreciar, sin otro argumento que el de la perfidia del supuesto 'monoencaste', la causa de un ganadero clave en la historia reciente del campo bravo español."
No conocí en persona a Juan Pedro y no dudo de los elogios que recibe como tal, pero como ganadero ha sido clave en cuanto al irreparable daño causado en la cabaña brava actual  y, por tanto, en la fiesta contemporánea. Como escribe José Ramón Márquez:

Porque Juan Pedro Domecq Solís, juampedro, ha representado para una legión de aficionados lo contrario de lo que nuestra afición dictaba. Si nosotros queríamos toros duros, él los traía blandos; si nosotros queríamos toros con casta, él los traía sin casta; si nosotros queríamos toros listos, él nos los traía tontos; y así sucesivamente. Ganadero dañino, iluminado por una visión errada, puso de una forma obscena la ganadería al servicio del torero, y en esa lógica fue el creador del concepto del ‘toro artista’, sublimación de la entrega del toro a las más abyectas líneas de abandono de la bravura, de la casta y del poder, a favor del pensamiento débil en el que la faenita sin ton ni son es el valor supremo. En ese triste sentido abrió la puerta a la contemporaneidad. Ganadero posmoderno, podríamos decir.

Por supuesto en esa nefasta labor no estuvo sólo,  sigo copiando a José Ramón Márquez:

"El daño que esto ha hecho a la ganadería, a la variedad de los encastes, no es un patrimonio achacable en exclusiva al ganadero hoy trágicamente fallecido, porque sin la aquiescencia de los toreros, de los empresarios, de los públicos, no sería posible entender el incomprensible éxito de una labor ganadera basada en arrebatarle al toro sus características más propias. Él se puso a favor de la obra con fervor y es justo reconocer que triunfó en su visión."

Así que sólo indicarle a Noelia, que si, que desde el "cercado de los borregos de identidad difusa"  la labor de Juan Pedro Domecq como ganadero nos parece nefasta.

Descanse en paz Juan Pedro Domecq, el hombre.

Foto: Laurent Larrieu para Campos y Ruedos 
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Nota añadida: copio el comentario que nos envia Noelia:
Javier, respeto tu opinión y la de quienes critican cosas con fundamento y sabiendo lo que dicen. Con "borregos" aludía de forma metafórica a quienes, como una manada sin sentido ni personalidad, se dejan llevar por la opinión de los demás y se metían con JPD porque daba galones de buen aficionado.

Lamento que te hayas dado por aludido y te agradezco que me dediques un post en el blog.