Ayer los animalejos de Lagunajanda tuvieron enfrente a tres supuestas figuras , El Cid, Perera y Castella.
El resultado, como era de esperar , fue otra puñalada a la fiesta.
¿Y por qué de tanta estulticia?. Primero y principal porque los toreros eligen las ganaderías más fofotas del monoencaste para su tranquilidad, pero lo que se encuentran con toda probabilidad es ese peligroso y fino hilo que separa a la borrega toreable del inválido manifiesto. Manuel Jesús, ¿para qué tanto piquito para llevar al torete hacia ningún sitio?; Sebastián, ¿para qué ponerse delante de una bicha que ni topa?; Miguel Ángel, ¿por qué tanto terror frente a un torete de apenas quinientos kilos?.
En segundo lugar son estultos los empresarios y quienes les jalean mediática y administrativamente.
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Más de lo mismo. Ayer en Castellón se volvió a perpetrar, con arreglo a lo establecido, otra nueva burla a la fiesta de los toros. Las excrecencias de Lagunajanda vinieron de Vejer (decimos de Vejer, donde Eduardo Schelly tuvo sus toros vazqueños y cabreras de Casa Ulloa) a hacer el ridículo, a dar otro paso adelante en favor de los antitaurinos, de los abolicionistas.
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Nota añadida: Fotos 2 y 3 son del blog de la Unión Taurina de Abonados y Aficionados de Castellón
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Nota añadida: Fotos 2 y 3 son del blog de la Unión Taurina de Abonados y Aficionados de Castellón
A por ella, que hay que aniquilar la y dar la razon a los anti.
ResponderEliminarVaya figuras de mazapan.