Como bien sabemos, el acero es esencialmente una aleación de hierro refinado (un 98%) y carbono. Cuando el hierro entra en contacto con el oxígeno, se oxida. Los aceros de Sebastián Castella se habían oxidado hacía tiempo. José Antonio Campuzano describió brillantemente la situación con la siguiente frase: “No entra la jodía espá y los mata a pellizcos”. Maestro y pupilo intentaron, sin éxito, subsanar el problema matando cuatro vacas viejas. “No hay quien me aguante estos días”, confesó el diestro poco después.
Por tanto, no supone ninguna novedad que al francés le falte hierro, ya que viene oxidado desde el Domingo de Resurrección. Sólo deseamos que estos meses de recuperación le sirvan para recobrar el hierro perdido y también su sitio con el acero.
Aunque Castella quiera mandar en esto, yo no le veo suficientes virtudes. Por de pronto, no deberían haberle quemado tanto. Es torero para las grandes ferias y el Toro, no para matar 120 corridas al año. Y tendrá que evolucionar, resulta demasiado previsible a veces.
ResponderEliminarY este invierno, baile de apoderados.
ResponderEliminarAbrazos
Oiga Jabonero: No conocia yo ese tratamiento en la anemia ferropénica.
ResponderEliminar¿ Puede aportar bibliografia o es remedio casero o intuitivo?
Tiempo al tiempo apreciado Papa, pero me juego una cena con usted que de este invierno no pasa que Álvares o Campuzano (o ambos), dejen de apoderar al francesito.
ResponderEliminarUn abrazo
Anemias, hipoglucemias, estress...Son las enfermedades de moda en esto del toreo. Y es que no se puede torear en una plaza y al dia siguiente lo mismo a 500km de distancia, o una matinal en Francia y por la tarde estar anunciado en Murcia. Se deberia dosificar un poquito,con esto entrarian en liza mas toreros. Unos hacen el paseillo mas de 100 tardes, otros apenas 2.
ResponderEliminarDavid: Esas enfermedades son la fisiologia de la posmodernidad.
ResponderEliminarPatologia de toreros posmodernos.
Tenga la bondad de repasar las campañas que en los años veinte hacian Joselito y Belmonte.
!Ah! , y sin aves, aviones ni monovolumenes con cama y aire acondicionado circulando por autopistas.
Y para el señor Jabonero: No le pongo dudas. Es usted el oráculo.
(Con perdon y en el mejor de los sentidos)
Señor Jabonero: !Usted sí que sabe!.
ResponderEliminarNo ha habido que esperar a finalizar la temporada, el espada ferropénico ha puesto en la calle a su mentor y , probablemente a su apoderado.
Chapeau.