El segundo toro (ganadería de Núñez del Cuvillo) que ha salido hoy al ruedo de las Ventas parecía más pequeño que los novillos que vimos ayer, que eran de Villamarta, a cuyo ganadero recomendamos que vele por la casta y bravura de sus animales, pues salieron abantos, huidizos y con ganas de saltar la barrera para esconderse de los capotes, el primero fue devuelto al corral por inválido. El cuarto dio facilidades a Antonio Nazaré que le cortó una oreja a pesar de dejarlo sin torear aunque se lució en la primera serie de redondos y le recetó un soberbio estoconazo. Este novillero está muy poco placeado y se nota su falta de rodaje.
Sus compañeros de terna: Pepe Moral y Francisco Pajares no fueron capaces de lucirse en toda la tarde, bien por la escasa colaboración de los novillos bien por sus limitaciones a la hora de plantear las faenas. Tampoco les vimos suficientemente duchos en el oficio.
Hoy los toros del Cuvillo, desiguales de presentación y escasos de trapío, justitos de casta y fuerzas tampoco han facilitado la labor de los matadores: Uceda Leal ha toreado con facilidad y gusto al cuarto de la tarde y le ha cortado una oreja tras una faena de dominio bien planteada en la que ha aprovechado las escasas posibilidades que tenía el toro. Sin embargo, frente a su primero que era un zambombo no ha conseguido el mando tras llevar el toro a los medios y comenzar allí una faena que ha resultado insulsa.
Matías Tejela ha intentado con sus dos oponentes agradar al público y ha comenzado bien su faena al tercero, que se ha desarrollado de más a menos, su otro toro, el sexto, carecía de fuerza e interés por la muleta y resultaba imposible el lucimiento. Ha matado fatal a ambos.
El que está desconocido es César Jiménez, que de novillero y durante los primeros años de alternativa nos hizo albergar esperanzas y se presenta en Madrid para torear despegado y meter pico sin ningún pudor de forma tan descarada que es público se lo ha recriminado con acritud.
Hemos observado que tanto los toreros de hoy como los novilleros de ayer eligen con frecuencia el encimismo como recurso para evitar el toreo y engañar al público, recortan de viaje de la res y se acercan a los cuernos del toro, realizan el péndulo y se adornan con pases imposibles para que al público le suba el corazón a la garganta y se fijen en el supuesto valor inconmensurable que, por supuesto, debe ser premiado.
Es una práctica que se está generalizando demasiado, seguramente porque toman como ejemplo lo que hacen algunas de las primeras figuras y les sale tan rentable, me gustaría ver esos encimismos con ciertas ganaderías, como Adolfos, Cuadris, Victorinos, Prietos y algunas otras con las que resultará mucho más difícil engañar.
Jandro
domingo, 30 de septiembre de 2007
Sus compañeros de terna: Pepe Moral y Francisco Pajares no fueron capaces de lucirse en toda la tarde, bien por la escasa colaboración de los novillos bien por sus limitaciones a la hora de plantear las faenas. Tampoco les vimos suficientemente duchos en el oficio.
Hoy los toros del Cuvillo, desiguales de presentación y escasos de trapío, justitos de casta y fuerzas tampoco han facilitado la labor de los matadores: Uceda Leal ha toreado con facilidad y gusto al cuarto de la tarde y le ha cortado una oreja tras una faena de dominio bien planteada en la que ha aprovechado las escasas posibilidades que tenía el toro. Sin embargo, frente a su primero que era un zambombo no ha conseguido el mando tras llevar el toro a los medios y comenzar allí una faena que ha resultado insulsa.
Matías Tejela ha intentado con sus dos oponentes agradar al público y ha comenzado bien su faena al tercero, que se ha desarrollado de más a menos, su otro toro, el sexto, carecía de fuerza e interés por la muleta y resultaba imposible el lucimiento. Ha matado fatal a ambos.
El que está desconocido es César Jiménez, que de novillero y durante los primeros años de alternativa nos hizo albergar esperanzas y se presenta en Madrid para torear despegado y meter pico sin ningún pudor de forma tan descarada que es público se lo ha recriminado con acritud.
Hemos observado que tanto los toreros de hoy como los novilleros de ayer eligen con frecuencia el encimismo como recurso para evitar el toreo y engañar al público, recortan de viaje de la res y se acercan a los cuernos del toro, realizan el péndulo y se adornan con pases imposibles para que al público le suba el corazón a la garganta y se fijen en el supuesto valor inconmensurable que, por supuesto, debe ser premiado.
Es una práctica que se está generalizando demasiado, seguramente porque toman como ejemplo lo que hacen algunas de las primeras figuras y les sale tan rentable, me gustaría ver esos encimismos con ciertas ganaderías, como Adolfos, Cuadris, Victorinos, Prietos y algunas otras con las que resultará mucho más difícil engañar.
Jandro
domingo, 30 de septiembre de 2007
El cuarto ha sido , sin duda, el toro de la tarde, y me ha gustado Uceda Leal. He disfrutado, y mucho, en ese toro.
ResponderEliminarGracias jandro...desde San Isidro se echaban de menos tus extrordiarias crónicas. Un abrazo
ResponderEliminarPgmacias
Para mi forma de ver, el cuarto toro ha sido sencillamente de vacas, por decir algo, y Uceda ha estado por debajo de él como de aquí a Lima. Toro de medios, de distancias cheneles, de pocas series aunque largas y ligadas, de faena corta. ¡Qué cosa tan importantante hizo ese toro de salida, Dios! Mal Uceda con él, repito, fatal, toro de torero grande y de consagración.
ResponderEliminarLa condesa de Estraza
¡Escasas posibilidades el 4º!?
ResponderEliminarSi la corrida hubiera sido cárdena la estaba usted poniendo por los cielos. Basta de prejuicios. Tanto a los toros como a los toreros hay que juzgarlos tarde a tarde. "el aficionado puro lo mismo elogia hasta la excelsitud la actitud de un torero una tarde, que la destruye analiticamente la siguiente", decía Don Joaquín Vidal, y lo mismo con los toros.
Hubo toros que pelearon tremendamente bien en el caballo. Hubo un par de ellos que fueron realmente bravos. Todos permitieron el lucimiento de los toreros, y los hubo que tenían las orejas cogidas con alfileres -los toreros estuvieron por debajo, en general-. Una corrida con las hechuras perfectas del toro de Osborne y con unas caras impresionantes. Una buena corrida de toros.