El caso es que Bilbao fue un ejemplo de lo que debe ser un toro serio, íntegro, un toro que, acorde a su procedencia no se salga de los prototipos morfológicos propios de su encaste, un toro que sin exceso de volumen transmita seriedad, llene plaza y tenga un trapío acorde con la plaza. En definitiva, un toro.
Chapó a lo escrito por Eneko, el toro en tipo, muy distinto del toro grande. Eso sí, íntegro.
ResponderEliminarLo de Garcigrande fue el garbanzo negro de la feria
El verdadero toro de lidia. Trapío sin kilos y con pitones serios.
ResponderEliminarEl taurinín llama toro grande al toro en tipo, no se si me explico, igual que llaman toro bonito al toro gacho, tengo pendiente publicar el traductor Castellano-Taurinín Taurinín-Castellano,
ResponderEliminarsi quieren colaborar estan invitados
Así es, Vicente, trapío sin kilos y con pitones. ¿Toro ideal? Pues para mí uno de Isaías y Tulio Vázquez lidiado en Madrid el 3 de agosto de 2003. De nombre Isleño, 460 kilos, pavoroso sin embargo, y el que lo dude que se lo pregunte a Oscar Higares que le tocó por desgracia.
ResponderEliminarLa de Estraza