Gamero Cívico
El parladé insumiso
Por una curiosa coincidencia, todas las ganaderías contemporáneas nacidas de la rama de Gamero Cívico sufren hoy un indudable boicot por parte de las figuras.
Incluso la de Samuel Flores conoce desde hace algunos años la agonía del destierro en las plazas de menor renombre donde, por cierto, Lamamié de Clairac se hundió hace casi veinte años. La misma situación que atraviesa la portuguesa de Pinto
Barreiros que rechazan hasta las figuras del rejoneo; y sus descendientes franceses de Yonnet. En cuanto a los Gamero Cívicos que Juan Guardiola Soto cubrió de gloria, sobreviven milagrosamente escondidos en los recovecos de la Sierra de Constantina, en un exilio dorado gracias a la afición de sus propietarios.
Afortunadamente, aunque de momento marginalizados, los Parladés insumisos sobreviven en la retaguardia de la Tauromaquia, esperando el regreso de su hora, en la que podrán exhibir de nuevo su casta en las mejores plazas y frente a toreros capaces de lucirla. Una casta de la que no carecen en absoluto, y que más bien les sobra… Lo que explica su quimera.
Nota: les enlazo a la página de Tierras Taurinas
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