Ya se ha dicho que a Gallo le tocó un toro con cierta casta y mucha nobleza, y si era algo complejo era precisamente por esta cualidad en los bovinos de bravo ya perdida. Empezó gustándose en los primeros lances de ajuste, pero fue relajando el mando, saliéndose fuera del sitio verdadero, al mismo tiempo que el toro se crecía en protestas, para quedar la faena en adornos ayudados y evidenciar que no pudo con el animal. Mató muy bien, recibiendo, y el toro tuvo el honor de mostrar dignamente su muerte altiva. Después, al filo de las nueve otro manso recorría el redondel y para Gallo la historia ya nos se repetiría porque estas dificultades ya son imposibles de superar.Nota: También veo que Jandro lo vió así.
miércoles, mayo 16, 2012
Sobre la actuación de Eduardo Gallo en Madrid
Ayer a la salida de los toros hablamos bastante de la actuación de Eduardo Gallo, dado que estaban a quienes le gustó su firme actuación y a quienes nos pareció que no toreó. Hoy leo la crónica de Paz Domingo y sólo decir que coincido con ella:
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