lunes, febrero 04, 2008

Plaza de primera, presidencia de tercera (José Darío Pizano W.) Crónica de la tercera corrida en La Macarena

Plaza de primera, Presidencia de tercera
José Darío Pizano W.
En tarde soleada, con media entrada, injustificable desde todo punto de vista, pues en el cartel figuraban dos de los triunfadores de Madrid la temporada pasada, se lidiaron seis toros de la ganadería “La Carolina”, de escasa presencia y trapío, blandearon los tres primeros, todos nobles y de juego disparejo.
Juan Bautista Jalabert: dos orejas y silencio.
Matías Tejela: oreja y dos orejas simbólicas después de indultar al quinto.
Andrés de los Ríos: silencio en su primero y pitos en el sexto.
Fue indultado el quinto toro de la tarde de nombre Dibujante con 475 Kg.; Salieron a hombros por la Puerta de San Juan, Juan Bautista, Matías Tejela y el ganadero Santiago Uribe.
Saludaron desde el tercio Jaime Mejía tras parear excelentemente al tercero y Jaime Devia y “Chiricuto” tras parear al cuarto de la tarde.
La Macarena de Medellín, está considerada como plaza de primera categoría en el país, pero ayer fue regida por una presidencia como para plaza de tercera categoría, otorgando premios a diestra y siniestra y hasta el indulto del novillote que salió en quinto lugar, que si bien es cierto fue noble y repetidor, solo recibió como puyazo, un picotazo por parte de Luís Viloria, echando el toro la cara arriba y haciendo hilo con el caballo sin recargar. Siempre se les olvida la frase la frase estipulada en el reglamento: “Excepcional trapío y Bravura”.
Juan Bautista con el noble que le correspondió en primer lugar, uno de los más boyantes de la corrida, aunque blando lo recibió por verónicas y remató con chicuelita y media. En la faena de muleta tuvo tandas por derecha buenas con técnica, por izquierda menos buenas, pero le faltaba enjundia y sentimiento, remató la faena con estocada trasera que bastó para que el toro doblara, y pum… dos orejas, más que benévolas por parte del presidente. Con el cuarto cuando se presagiaba algo bueno tras la serie de doblones el toro cambió de comportamiento y se rajó yéndose a tablas y ahí terminó todo, despachando el toro de estocada contraria y tendida y bajonazo.
Matías Tejela, su primero el de menos trapío y sin fuerzas, que mereció las protestas del público por su falta de fuerza, pues de salida ya se venía cayendo Le fue instrumentando una faena a media altura consintiendo al moribundo y acabó bordando una buena faena, la cual remató feamente con un metisaca envainado prestando guardia y estocada desprendida y perpendicular. ¡Oh sorpresa!... ¡una oreja!. Así como las buenas estocadas dan orejas, las malas las quitan, señor presidente.
El quinto de la tarde, salió al ruedo partiendo plaza y lo recibió Tejela con verónicas y media que no le salieron bien, sin embargo instrumentó un buen quite después del picotazo ya mencionado como vara. Después de brindar a la concurrencia llevo el toro hasta los medios y allí componiendo mucho la figura fue elaborando una faena con pases suaves lentos con temple, pero la verdad sea dicha sin cruzarse con el toro, sin mucha exposición, hasta que fueron apareciendo pañuelos en el callejón, primero que en los tendidos, y por parte de los empresarios de la plaza, lo cual no se ve bien, la presidencia ni corta ni perezosa no se hizo de rogar mucho otorgando el indulto.
Andrés de los Ríos, si bien es cierto, pechó con el peor lote de la corrida, uno débil de remos y el otro un manso de bola, tampoco mostró deseos de tratar de sacar algún provecho.
¿Por qué será que a Medellín no volvió la gente a toros?, ¿los carteles?, ¿Las ganaderías?, ¿falta de mercadeo?. Preocupante la cosa.

1 comentario:

  1. Seguro y el indulto fue así. A un novillote de aceptable rendimiento. La crónica de Bogotá ya está publicada en La Monumental de Cañaveralito. Un saludo,

    Abadía V.

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