Si Goya hubiese estado hoy en Las Ventas, al volver a la Quinta del Sordo habría tomado sin duda el buril para grabar un aguafuerte dedicado a Luis Carlos Aranda: “Arrojo de Aranda poniendo banderillas en la Plaza de Madrid”, podría haber sido el título, y todo el genio del aragonés no sería bastante como para mostrar en el grabado la majeza, la guapeza, la torería, el clasicismo, la sobriedad, el arrojo y el oficio de que hizo hoy gala en Las Ventas ese gran peón.
jueves, mayo 03, 2012
Sobre la torería de Luis Carlos Aranda
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