Un paseillo pensando en un gran aficionado (Eneko Andueza)

En El Chofre:
Un paseillo pensando en un gran aficionado

Después de muchos meses apartado del teclado, harto y cansado de tanta mediocridad, vuelvo a “ponerme delante”. Descansado, con las pilas cargadas y con la mente puesta en lo de siempre: defender, como aficionado, esa fiesta justa, autentica, integra, que tanta falta nos hace. Desde que abandoné los teclados hasta esta tarde lluviosa en la que vuelvo a hacer el paseíllo nada ha cambiado. Más al contrario. La mediocridad, el medio toro, la borreguez y el descastamiento han sido una constante. Ahí esta la feria de Sevilla, claro ejemplo de la profunda crisis que vive la fiesta. Únicamente se salvo una corrida, la que enviara al coso maestrante Moisés Fraile con el hierro de “El Pilar” que tuvo en desgracia derrochar toda su casta y bravura en las nefastas manos de un “artista” que dejó bien claro su falta de valor, de recursos y de dignidad, como es Javier Conde, y de “El Cordobés”, al que, ante tanta evidencia, no le quedó otro remedio que reconocer ante los micrófonos sus limitaciones y su mas absoluta incapacidad para torear a un toro. Así están las cosas. No están mucho mejor las cosas en Madrid. La excusa de la crisis ha puesto también en evidencia la falta de escrúpulos de un empresario y de aquellos que con los votos de los ciudadanos, permiten que el fraude y la desvergüenza campe a sus anchas por el ruedo de Las Ventas. Toros absolutamente indignos para una plaza como la de Madrid. Carteles baratos con toreros que buscan salir de su penitencia particular y que se encuentran con auténticos sacos de descastamiento. Martínez Uranga ha querido hacer de San Isidro una nueva edición de la oportunidad para llenarse sus bolsillos, mientras los dirigentes de la Comunidad de Madrid miran para otro lado y los presidentes de los festejos les cuecen el caldo gordo dejando pasar el reconocimiento a toros sin trapio ni pitones o pasándose por el mismísimo arco del triunfo (o puesta de Alcalá en este caso) aquello para lo que han sido designados: defender la dignidad de la fiesta y el derecho de los espectadores. Con semejante panorama uno se carga de valor y siente la obligación como aficionado de volver al teclado, a intentar defender desde el tendido lo que otros no hacen desde el palco. Y si quieren que les sea sincero uno de los motivos que me ha llevado a dar el último paso es ver a una docena de buenos aficionados dar la cara tarde a tarde denunciando desde sus localidades del 7 los fraudes que unos tapan y otros permiten. En el 7 hay buena gente, buenos aficionados que con su voz o con sus pancartas dejan bien claro que esa fiesta no es la que quieren, que esa fiesta que tarde tras tarde tienen que soportar esta permitida por los que se sientan en el palco y bendecida por los miembros de Consejo de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid.
Esa gente que se parte la cara por la fiesta son los que dicen por su boca lo que nosotros pensamos desde casa cuando estamos viendo la corrida por la tele. Son los que dicen los que otros no se atreven a decir. Son los que abanderan la defensa de una forma de entender la fiesta y de defender al toro que otros quieren destruir.
Pues bien, mal que le pese a algún “aficionado” que desde un blog y con la “valentía” que le da el escribir bajo el anonimato, o el de sus colegas, que jalean su articulo con comentarios que le van al pelo, ahí, en ese tendido 7 hay gente que además de tener mucha dignidad y mucha calidad humana les da veinte mil vueltas como aficionados. Hoy he visto al Faustino, “El Rosco”, levantarse de su asiento para decir a viva voz que lo que estaba en el ruedo no era un toro. Y he querido hacer causa común con el.. Pero no podía, porque desde el salón de casa no me iban a oír ni el presidente ni los miembros de la comunidad, por eso, y porque esa gente se merece nuestro respeto y nuestro apoyo, he decidido volver. La fiesta de verdad, la del toro integro, bravo y encastado, la del toreo sin ventajas y la pata palante nos necesita. Un servidor no quería quedarse con los brazos cruzados. ¡Vamos pa´lante!.

Eneko Andueza.