viernes, octubre 04, 2013

Vuelve Iván Fandiño

Cuando un torero llega dispuesto a triunfar, no hace falta que lo pregone. Se ve, se nota, se siente. Y es la forma de andar, de colocarse, de saludar, de citar… En una palabra, la pasión por el triunfo es una forma de estar. Y ese mensaje tan claro, tan concluyente, se expande por los tendidos como la pólvora. Es algo inexplicable, pero hasta el más profano entiende que allí abajo pasa algo importante.
Antonio Lorca


 Y hasta allí se fue el torero, citando al toro con los pies asentados y firmes. Lo único que se movía era la muleta para dirigir las embestidas por abajo, rozando el albero, domeñarlas, en resumen dominar al toro y obligarle y demostrarle quién era el que mandaba allí. Justo, los cánones del toreo eterno y de verdad.
Joaquín Monfil


 es absolutamente imprescindible contar con alguien que, como él, no centra su toreo en la constante pérdida de terreno y se arriesga –¡incluso!- a ganarlo o a cargar la suerte sin artificiosidad y mentiras contemporáneas.
Rafael Cabrera


1 comentario:

  1. A ver si hay más luces o más sombras en este Fandiño, torero claroscuro.

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