16 de octubre de 1913, alternativa de Juan Belmonte. La desastrosa presencia del ganado y el escasísimo juego que ofrecieron, sumado al encarecimiento de los billetes para tan insigne fecha, propicia una severa bronca con invasión del ruedo cuando se corría el que hacía tercero del encierro. La tarde continuó, aunque en los mismos derroteros.
Belmonte se preguntaba cómo o de qué manera acabaría todo aquello, por lo que logró encontrar una solución, un tanto simplista, para que todo aquello finalizase cuanto antes y fue la siguiente: “Dentro de dos horas será de noche, y esto tiene que haber cesado. Se habrán muerto, nos habrán matado, lo que sea. Pero es indudable que dentro de dos horas todo estará tranquilo y silencioso. Es cuestión de esperar. Dos horas pasan pronto”.
Taurophilos
Nota: Post dedicado a mi amigo Santiago Hidalgo, irredento Belmontista
Nota: Post dedicado a mi amigo Santiago Hidalgo, irredento Belmontista
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