Grande. Muy grande. Así es el toreo que se basa en la verdad, el toreo que nos enseñaron y que machaconamente la crítica seria trata de convencernos de que ni es posible ni lo hemos visto. Grande Manuel Cid hoy en Las Ventas con el único argumento posible que un hombre puede poner sobre la arena de una plaza de toros: el toreo. Todo lo que uno busca en una plaza de toros lo ha traído esta tarde Manuel Cid a la blancuzca arena de la monumental: la naturalidad, el gusto, la entrega, la torería, el mando, el conocimiento, el clasicismo. Todo ensamblado gracias a una muñeca prodigiosa y a la firme decisión de no ceder la posición, de echar la muleta a la cara del toro, de llevarle toreadísimo, atado a los vuelos de la muleta, de rematar los pases de manera canónica, demostrando la veracidad del aserto deRafael el Gallo cuando decía que «lo clásico es lo arrematao, lo que no se pué hacer mejor». Inmejorable Cid empeñado en arrematar su faena y en darnos un fresco vaso de agua clarísima a los que llevamos años vagando en el desierto de la vulgaridad, de las ruedas de molino, de los hallazgos graciosos que sirven para enmascarar la incuestionable verdad del toreo eterno, del toreo que Manuel Cid ha traído hoy a Las Ventas con el fin de enseñar al que no sabe, de desenmascarar a los que mienten de forma interesada, confundiendo a las gentes, haciéndoles ver que el toreo es otra cosa distinta a esto de hoy.
José Ramón Márquez (Aquí su crónica)
El Cid volvió con la muleta en la mano izquierda, para recordarnos lo que fue: el torero de trazo largo, mucho vuelo y muñecas prodigiosas que nos emocionó años atrás. ¡Y cómo volvió a rugir el quiosco venteño en esta tarde de toreo caro al natural! La gratitud con El Cid de Salteras será eterna
Gloria Sánchez Grande ( Aquí su crónica )
Y es que,
probablemente, haya sido la faena más bella e importante de los últimos años en
Las Ventas. ¡Lástima de mellada Tizona, de Colada mal templada!
Y Manuel
toreó. No sé quizá cómo contárselo porque, el toreo cuando se ve, cuando te
hiere los sentidos y el entendimiento, el corazón y la cabeza, te deja una
huella difícil de repetir, de relatar.
Rafael Cabrera ( Aquí su crónica )
Grandioso Cid. Fandiño llegó a Madrid con una oreja en el esportón antes de hacer el paseo y salió como la Chata, aperreado y apaleado ante la rotundidad de los argumentos de un gran torero al que tantos daban por acabado, olvidando que en los toros sólo cambia la moneda aquel que la tiene. Me recordaba de cuando le gritaban a Chenel aquello de ¡Viejoooo! y le daban por muerto... hasta que armaba la marimorena con otra más de sus faenas.
ResponderEliminarMe dio pena por Fandiño, tan tremendo varapalo en una tarde preparada para él con el regalo de esa orejita de chicha y nabo. Será interesante hoy, con los Adolfo, ver como ha interiorizado una derrota tan descomunal como la de anteayer. Como dice el acertado titular 'El toreo es grandeza', anteayer se demostró una vez más.
Un cordial saludo. Enhorabuena por su bitácora.
Fernando Sotomayor.
Faena para el recuerdo, faena para la valoración y la comparación con otras que vendrán en el futuro. Frente a este "canon",¿donde ha quedado el "faenon" y puerta grande de Talavante en la feria de San Isidro?. ¿Quien recuerda un solo muletazo "arrematao" de aquella "mítica faena". Como digo, "metro patrón" la faena del Cid. Pero como no hay perfección sin imperfecciones, yo eché de menos una serie, solo una, bajando la mano. El bajar la mano no es solo un problema de "pureza", tiene que ver con la profundidad del muletazo. Dicho lo cual, suenen clarines en el cielo por la vuelta del Cid que fue y estaba a punto de dejar de ser. JUANSINTIERRA
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