Y por fin: Juan Pedros

La ganadería que atesora la herencia de Vistahermosa, la madre del ochenta por ciento de las demás, la creadora del toro artista, el orgullo de la casa Domecq. Y ha tenido que traer una corrida desigual, justita de casta y fuerza, con toros que se comportaban unas veces como bravos y otras como mansos, será para despistar, y que en la muleta no transmitían nada, porque los que trasmiten son los toros encastados y éstos no alcanzaban el mínimo exigible. El otro día decía J.P. que había conseguido que el toro embistiera y ahora iba a introducir la fiereza; que no se esfuerce en ello, que introduzca casta brava y solucionado. Sin un toro encastado e íntegro en el ruedo se hace imposible el arte de torear, lo que queda es una pantomima más parecida a un número circense. Y esto parece ser que es lo que pretenden los taurinos y sus medios afines, que cada vez son más, excluyendo y vituperando al aficionado. Y sin aficionados no hay arte, pasa también en cualquier otra expresión artística, la exigencia de un buen aficionado mantiene el nivel del artista, porque si éste trabaja para ignorantes desinformados se relaja y elude el compromiso, se le pone fácil y aprovecha, y se justifica con burdas explicaciones sin fundamento. Así pues, en la línea que quieren los taurinos con ese toro facilón que se deja, hoy en Las Ventas, los toreros buenos como el Cid se han convertido en pegapases, los mediocres como Abellán en aburridos y los malos como Perera en insoportables, esa ha sido la traca final de esta interminable Feria, ya sé que le dan varios nombres, pero la realidad es que desde los primeros días de mayo hasta hoy nos ha tenido embarcados en una vida diferente que nos deja disgustados con la mujer, las hijas, el jefe, los compañeros de oficina, la cuñada, la suegra y hasta con nosotros mismos cuando al hacer balance nos percatamos de la ligereza de su activo frente al enorme pasivo que acumula, conclusión: bancarrota. Porque enumerando de memoria sólo Rafaelillo ha sido una revelación y además han merecido la pena las faenas de El Juli, Uceda Leal y Manzanares la estocada de El Fundi, aunque fuera de pura rabia, y cosas sueltas, detalles a medios toros, pares de banderillas, las verónicas de Morante y el monosabio sujetando al caballo. Aquí llegados sólo me queda agradecer a los seguidores de este blog su fidelidad y sus enriquecedores comentarios tan esperados y deseados. Seguiremos hablando de toros en la línea de siempre, defendiendo al toro encastado e íntegro y al torero valiente y con oficio, y despreciando a quienes me provocan el siguiente párrafo que nos sitúa en la interesante polémica sobre los medios de comunicación y la fiesta brava abierta en este blog por PG Macías: Hoy José Suárez-Inclán publica en El País un ignominioso artículo comparando al aficionado de Madrid con Drácula en el que incluye además multitud de sandeces y no dice nada en absoluto de fundamento. Su lectura resulta suficiente como para no volver a leerle nunca más una sola letra, ni tener en cuenta para nada sus opiniones descaradas y chulescas que parecen influidas por intereses contrarios al arte de torear. Y parece mentira que un periódico de la importancia de El País pueda cambiar a Antonio Lorca que consiguió, no sin dificultad, seguir la luminosa estela dejada por Joaquín Vidal por este florido pegafrases que se permite insultar a la afición de Madrid, una de las pocas poseedoras del conocimiento cabal de este arte, mal que pese a muchos. Jandro domingo, 10 de junio de 2007