GARCICHICO (A petición de Elbibio)

Decía Curro que de estos toros sale bueno uno de cada cinco, entendiéndose por bueno el toro que se deja, claro. Ese toro que sigue con exquisita nobleza los engaños del torero facilitándole el triunfo fácil. Así pues nos ha tocado un toro bueno y un quinto. El toro bueno ha salido en segundo lugar y le ha tocado a Castella que ha comenzado la faena con toreo primoroso y unas suaves tandas de redondos con mucho temple: toreo florido que gusta aunque no emocione. El toro se dejaba torear como era su obligación hasta que en un cambio de manos por la espalda, el torero se ha hecho un lío con la muleta y se ha visto desbordado por el toro que le ha quitado el sitio y Castella, atropellado, ha tardado demasiado en controlar la situación, ha citado al natural con una distancia inadecuada, el toro iba peor por el izquierdo y la faena se ha venido abajo, Castella ha echado mano de los recursos: circulares por delante y por detrás, péndulo, arrimón y manoletinas. Y ha conseguido cortar una oreja, la única de esta desafortunada tarde. El público festivalero ya había pedido, aunque en minoría, una oreja para el Juli en su primer toro que no trasmitía nada, era soso y apagado y el Juli instrumentó una faena de trámite. En su segundo toro se ha quedado inédito, le ha salido un zambombo impresentable que no tenía un pase. Talavante ha bregado con el manso tercero incierto que tampoco tenía un pase y con el quinto de buen toro que ha descubierto en el castaño sexto en el que hemos podido apreciar después de un desafortunado principio de faena algunos pases de interés. La corrida ha estado muy mal presentada, escasísima de fuerzas y de casta, desigual, cada toro de un tipo, pero no se ha devuelto ningún toro a pesar de las protestas del público. A la vista están los resultados: se sale de la plaza con una sensación de estafa y engaño, sabiendo que los toreros son quienes deciden los toros a lidiar, uno se pregunta qué demonios querían sacar de estos animales tan endebles, ¿los seleccionarán pensando en su comodidad?, ¿en el menor riesgo a pesar de lo fácil que se fracasa con ellos? Dicen que en la reventa se han alcanzado precios desorbitados, que se han llegado a pagar 300 euros por una andanada y eso que se retransmitía en abierto por televisión, así que algunos se habrán sentido extraordinariamente estafados. Siempre ocurre, a grandes expectativas, grandes decepciones. El año pasado la Feria del Aniversario fue un sonado fracaso precisamente por la malísima selección del ganado, y este año volvemos a cometer los mismos errores. Jandro jueves, 07 de junio de 2007