miércoles, mayo 07, 2014

Sobre los silencios de La Maestranza

Se abrió el toril, después del baile de corrales que dejó la corrida de Daniel Ruiz (Jandilla) en un concurso con Fuente Ymbro (Jandilla), después de una blanda corrida de Jandilla el día anterior y salió… ¡LA CABRA!!!
Me imaginaba en mi inocencia que los tendidos romperían en gritos, que los tomasistas después de lo sufrido en estos días por las fotos de México se inmolarían al grito de ¡Viva Juriquilla!, que los seguidores de los big five ausentes se arrancarían los cabellos pensando en lo que se habían perdido los titulares de su causa con dicho animal al que se podrían aplicar el arte, la elegancia o el poder y que los aficionados estarían  abochornados, pero, que va, Sólo unas tímidas protestas se lanzaron al bicho que fueron seguidas por comentarios del tipo: Pues no entiendo de que protestan, que es la forma supuestamente educada de decir que se callen.
Andrés de Miguel- Apunte del 6 de Mayo en Sevilla-

 Salió el primer toro y tenía una pinta de sardina que no se podía aguantar. ¿Acaso creen que la plaza se levantó en armas contra tan grave ofensa? Cinco aficionados, solo cinco, contados con esta mano, que ocupaban asiento en una grada de sol, iniciaron una tímida protesta ante la mirada inquisitorial de una sombra silenciosa, cómplice y dañina.

Antonio Lorca en la crónica de la tarde de ayer. "La Mestranza está noqueada"

Foto: Gloria Sánchez-Grande

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