jueves, mayo 22, 2014

Sobre la corrida de la Prensa

Poco se puede contar de la corrida de la Prensa. Poco, salvo que el régimen de bajas calorías impuesto año tras año va adelgazando su respeto. Los toros de Juan Pedro Domecq no ayudaron porque no podían, pues su fuerza y casta lo impedían. El Cid es leyenda pasada y, por tanto, hizo que pasaba por allí contagiando de desidia a su cuadrilla, al público y a sí mismo. El Fandi hizo lo que pudo con dos toros de naturaleza algo más despierta para concluir matando de manera garrafal. El espadazo lo dio Juan del Álamo en su primera actuación después de capotear bien y desperdiciar en las afueras la nobleza entregada de un toro con pelaje de melocotón maduro. Él también pensaba que la fruta caería del árbol con rapidez y la Puerta Grande de Madrid se la comería antes de que tocara tierra. Y así hubiera sido si se algún día quiere torear a placer un toro que tenga poder y si lo hace con la técnica ancestral para la cual está bien capacitado. Del resto, no se preocupe.

Paz Domingo - Aquí la crónica-

3 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo con Paz Domingo, pero debo matizar que el hecho de tirar el engaño a la cara del animal para salir de la suerte más desahogadamente invalida por si mismo la estocada de Del Álamo.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. El Cid es leyenda pasada...pasada de escasos meses, los que van desde la última Feria de Otoño, cuando alumbró una de las faenas más sorprendentes de las últimas temporadas.

    Salud y al Toro.

    ResponderEliminar
  3. Ya sabes, Badila, que uno de los tópicos taurinos más cansinamente repetidos es el del "bache del Cid". Sólo cambia la moneda el que la tiene, decían los viejos.

    Saludos.

    ResponderEliminar