viernes, mayo 16, 2014

De la última editorial de Tierras Taurinas


La carrera irreflexiva emprendida por las actuales figuras del toreo en busca de un protagonismo cursi que quizás acabe emborronando sus éxitos en los ruedos, provoca  verdadera aversión en el aficionado. “Ésta no es mi Fiesta”, dicen muchos que aún consideran que el toro –sea del encaste que sea- sigue constituyendo el eje del espectáculo. Nunca tragarán con esta involución que intentan imponer desde las altas esferas... Apena ver a varias figuras del toreo comportarse como charlatanes de la comunicación cuando, por méritos propios, valen mucho más que todas esas cotorras. Y entristece aún más comprobar que, en vez de trasmitirle a la sociedad los verdaderos valores que atesora la Tauromaquia, se empeñan en reducirla a un divertimiento cualquiera. Don Dinero siempre ha mandado mucho, sin embargo, aunque a las figuras del toreo de antaño también les gustaba llevarse lo suyo, ninguna hubiera hipotecado así el prestigio de la Fiesta para arañar cuatro duros extra. Si a este problema le añadimos el generalizado y preocupante nivel de casta existente en la cabaña brava -incluyendo las ganaderías y encastes llamados “duros”-, entendemos que el desencanto se adueñe de la afición. Y si ésta deja de acudir en masa, el negocio se acaba, por muchos triunfos que cosechen las figuras, cuyo desprestigio puede calibrarse en las taquillas. (sigue en el enlace )


Nota: Matías, en el bajo del tendido 2 de Las Ventas tiene a la venta los números de Tierras Taurinas

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