miércoles, mayo 14, 2014

Sobre la corrida de Parladé de ayer en Las Ventas (Rafael Cabrera)

fue mansa en varas (¡qué sí!, ¡qué no hicieron gran cosa en los caballos, qué más de uno se dolió en banderillas, qué alguno buscó tablas desde el principio…!) pero se creció en general en el último tercio, embistiendo más o menos francamente con codicia y repetitividad. Los “cantores de Híspalis” correspondientes dirán que esto es bravura, porque se han olvidado (suponiendo que alguna vez lo supieran) de que la bravura ha de demostrarse en todos los tercios, y que una cosa es un manso encastado –con más o menos casta- y otra un toro auténticamente bravo –siempre encastado-. La corrida me gustó en el último tercio, tuvo movilidad, interés, alguno desarrolló algo de sentido o mínimas complicaciones -todo dentro de la urbanidad y toreabilidad de su augusto linaje-, pese a que no fueran bravos en suma. Hubo, al menos, esa necesaria repetitividad que tantas tardes echamos en falta, sin duda. Y habrá que ver si alguna llega a superarla en esas cualidades al final de la feria…
Pero tampoco olvidemos que la presentación es algo absolutamente fundamental, y en conjunto, en este aspecto, tampoco fue una corrida ejemplar. Corrida desigual

Rafael Cabrera - Cuando la muleta es un trasto inútil-

Nota: yo vi más aspereza, menos "toreabilidad", más fiereza, más complicaciones de las que vio Rafael. 
Nota: estos toros nos tienen un tanto desconcertados a Jandro y a mi

2 comentarios:

  1. Lo que tuvo la corrida de Parladé es casta. Casta para irse para arriba y vender cara su piel. Y eso fue así, nos guste o no, a los que no somos adictos al monoencaste. Es más, la corrida pudo con todos, menos con Fandiño. Pudo con los que habían ido a protestar saliera como saliera, con El Cid y con Teruel. Pero ojo, cómo le salgan muchas así, Juanpedrito se los come con patatas. VIVA LA CASTA.

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  2. Hacen honor a su nombre, siempre se dijo, que los toros de encaste Parlade, salían abantos y que cuando realmente se fijaban y mostraban su bravura era en el tercio de muleta. Como hacían también, aunque por otra rama de este encaste, los Atanasios salmantinos.

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