TOROS EN VÍSPERAS DE LA REPÚBLICA
(Gómez de Lesaca)
“-¿Qué te trae por aquí
-Vengo, Señor –le dije-, a despedirme de Vuestra Majestad.
Hizo como si no comprendiera, y preguntó:
- ¿A dónde te marchas?
-Al campo republicano, Señor”
Así comunicó Miguel Maura al Rey su paso a las filas republicanas. Era hijo de Antonio Maura y republicano de derechas, ministro de Gobernación en el Gobierno provisional y autor de "Así cayó Alfonso XIII", una de las obras fundamentales para conocer el proceso previo al hundimiento de la Monarquía y a proclamación de la II República.
Su libro tiene una referencia taurina de especial interés. El domingo 12 de abril de 1931 estaban reunidos en el restaurante Buenavista, al final de la calle de Alcalá de entonces, Miguel Maura, Pedro Rico y Fernando de los Ríos, componentes de la candidatura republicana. Ese día se celebraba la primera corrida de abono en Madrid y recordaba Maura como Pedro Rico, republicano de izquierdas y aficionado, “se atrevió a pedirnos autorización para abandonar el campo de la lucha e irse a los toros, para no perderse la excelente corrida de ese día primaveral de abril”. Toreaban ese día Saturio Torón, Antonio Posada, en sustitución de Martín Agüero, y Fausto Barajas. Los toros eran de la ganadería salmantina de Bernaldo de Quirós, antes de Tovar, gordos, mansos y resentidos de las patas. El toro que cerró plaza fue castigado con banderillas de fuego. Saturio Torón confirmó su alternativa con Valentón al que banderilleó bien y mató recibiendo aunque tras atravesar al toro. Posada estuvo valiente en el primero, derrochando torería, y voluntarioso en el tercero. Pero la gente estaba inquieta y no sólo por la lidia. Los rumores iban y venían en ese día fatal para la Monarquía. Cuenta Maura respecto a Rico:
"a la entrada, cuantos le conocían que eran muchísimos, extrañados al verle en tal día y ocasión tan lejos del lugar de la contienda, le preguntaron el motivo de su deserción
-“Hemos ganado. Nos sobran miles de votos. Por eso estoy aquí”. […] Corrió por la plaza la gran noticia, como el consabido manoseado “reguero de pólvora” y, al tiempo de dar comienzo el paseo de las cuadrillas, la plaza entera, puesta en pie, rompió en una ovación cerrada y clamorosa a nuestro hombre. Pedro Rico hubo de subir al asiento de su barrera y saludar a la muchedumbre, como si acabara de matar, recibiendo, al miura más marrajo del cortijo de los Cuartos. La ovación se repitió cada vez que los matadores advertidos por la primera, le brindaban su toro respectivo […] unos días más tarde, al constituirse el Ayuntamiento, en el que faltaban todos los triunfantes que ocupaban cargos en la República recién nacida, hubo de elegirse alcalde. El recuerdo de aquella estrepitosa popularidad designó a Pedro Rico como insustituible, y así ocupó la Alcaldía, que desempeñó durante los seis años de la República, hasta la Guerra Civil "
Respecto al brindis sólo consta, en los periódicos que he consultado, el de Fausto Barajas que llevó a cabo “una faena valiente y torera, por alto y por bajo, seguida de media estocada y un descabello” aunque el toro, sobrero de la viuda de Soler, daba para poco pues era manso y cojo. Y, a pesar de todo, cumplió en varas.
Unos dos meses después, el 17 de junio, Pedro Rico, ya alcalde, presidió la inauguración de Las Ventas con un festejo, organizado por el Ayuntamiento de Madrid, a beneficio de los obreros parados. Rico estuvo acompañado por Guerrita, Antonio Fuentes, Bombita, Vicente Pastor, Machaquito, Guerrerito, Bienvenida y Torquito. Asistieron también Alejandro Lerroux, Salazar Alonso y Niceto Alcalá Zamora. Incluso algún diario de Madrid mencionaba la presencia de Manuel Azaña. Torearon Fortuna, Marcial Lalanda, Nicanor Villalta, Fausto Barajas, Luis Fuentes Bejarano, Vicente Barrera, Armillita Chico y Manuel Bienvenida. Las reses fueron de Juan Pedro Domecq, Julián Fernández, Aleas, Concha y Sierra, Graciliano Pérez Tabernero, Coquilla y Rincón. Según El Imparcial la corrida fue “un verdadero desastre taurino por la mansedumbre del ganado”.
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