sábado, abril 10, 2010

Copio de un comentario de Juansintierra:
Recuerdo los tiempos del añorado Don Joaquín Vidal. Todos sus lectores, fuera el tema de la crónica el que fuera, sabiamos perfectamente los criterios éticos y estéticos desde los que "miraba", las corridas. Su coherencia era total y absoluta, pues su crítica a la corrida de turno, se remitia inexorabelmente a una visión global del espectaculo por todos conocida.
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Como indicó Alfonso Navalón, " Después de Joaquín Vidal, ¡el diluvio!"

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