…¡atención!, han bastado unos pocos años de selección para y por el torero para que una buena parte de la cabaña brava española, pierda su adjetivación y camine de vuelta a sus verdaderos orígenes, el buey para el arado o para la carreta –que para ambas utilidades siempre hubo ganado mular que sustituyera en parte al mentado-. Selección contra la verdadera naturaleza de una raza creada artificialmente por el ganadero del XVIII y XIX, pero que hoy es un verdadero tesoro genético para España, porque si antaño siempre se seleccionó buscando la acometividad y la bravura –sobre todo en el caballo-, en las últimas décadas se ha hecho buscando el toro artista -¡cómo si fueran seres humanos, empeñado su intelecto y su creatividad en las embestidas borreguiles!-, el astado colaborador, o el bicho que no moleste –último concepto puesto en marcha, camino de la mansedumbre más absoluta-.
Esto ya lo sabiamos.
ResponderEliminar¿qué es lo que ha dicho de nuevo?
nada. pero hay cosas que no hay que dejar de decirlas. Míranos a nosotros llevamos años diciéndpo lo mismo
ResponderEliminarComprendo, a eso me refería, a que llevamos años diciéndolo.
ResponderEliminarTienes razón hay que seguir insistiendo, pero sin tantas contradicciones como el sr. Cabrera, que depende de quien toree, ve o no ve al toro, ni su tamaño, ni su falta de casta ni nada de nada.
En fin...a lo mejor está cambiando algo, ojalá
Saludos
Culpables? Los toreros y el publico borreguil que acude a los festejos, animado por los aprendices de periodista que buscan figurar a toda costa, y esto tiene mala solucion.
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