Juan Antonio Sandoval, agencia EFE, escribe:
Se cumplió la tradición santanderina, por partida doble. Victorino cerró la Feria de Santiago y el último toro del ciclo, de nombre 'Mitaya', resultó sobresaliente. Le correspondió a Luis Bolívar, y esta vez se hizo cierto el aserto belmontino de "Dios te libre de un toro bravo".
Cinqueño, cárdeno, de lomos rectos, manos cortas. Un dije. Todo en él fue sedoso. Desde el inicio de la lidia colocó la cara muy abajo, siguiendo los vuelos del capote de su matador. Cobró dos varas cumplidoras. Y en la muleta, fue sensacional. Fijo, pronto, dejando estar y siempre hacia adelante, tomando y persiguiendo el engaño con clase descomunal, como si hubiera nacido para ello.
Durante una serie, y otra, y otra más. No se aburría, a pesar de que Bolívar se limitó a presentarle la muleta retrasada y a perder pasos cuando no era necesario.
Toro de lío gordo. Y, al final, embestidas huérfanas, como de inclusa, pero que quedan en la memoria de los buenos aficionados y que permitirán la entrada de "Mitaya" en el cielo de los toros bravos. Como aquel otro "victorino", "Bombero" de nombre, al que sí cuajó Luis Bolívar en esta misma plaza, el sábado 29 de julio de 2006.
No hay comentarios:
Publicar un comentario