Digan lo que digan, lo más importante es una corrida. Sin toro no hay fiesta y el aspecto ganadero ha sido uno de los grandes debes de la feria de Santiago. Comenzando por los astados de los Herederos de Sánchez y Sánchez para rejones, siguiendo por la novillada de Parladé y Juan Pedro y acabando con las corridas de Montalvo y Domingo Hernández, la presentación en general ha dejado bastante que desear, con dos honrosas excepciones, las de los festejos con los hierros de El Puerto de San Lorenzo y Alcurrucén, que sin embargo fallaron en el juego que ofrecieron.
Especialmente sangrantes fueron los casos de los festejos de miércoles y jueves, en los que las figuras hicieron su aparición. Animales anovillados, abecerrados en algún caso, indignos de cualquier plaza de Segunda, y menos de una como Cuatro Caminos. Cualquier cosa que se haga a esas reses pierde importancia, aunque sirvan para la muleta como los estoqueados por El Juli, Perera y Ureña. Y digo sirvan no con connotaciones positivas, porque un toro no tiene que dejarse ni embestir de manera mecánica, sino pelear por su vida y atacar a su enemigo vestido de oro.
Y eso, en Santander, solo ha pasado el día de los Victorinos,
Especialmente sangrantes fueron los casos de los festejos de miércoles y jueves, en los que las figuras hicieron su aparición. Animales anovillados, abecerrados en algún caso, indignos de cualquier plaza de Segunda, y menos de una como Cuatro Caminos. Cualquier cosa que se haga a esas reses pierde importancia, aunque sirvan para la muleta como los estoqueados por El Juli, Perera y Ureña. Y digo sirvan no con connotaciones positivas, porque un toro no tiene que dejarse ni embestir de manera mecánica, sino pelear por su vida y atacar a su enemigo vestido de oro.
Y eso, en Santander, solo ha pasado el día de los Victorinos,
Borja Cavia
Aquí el artículo completo: http://www.massradio.fm/noticias/201407/28/analisis-de-la-feria-de-santiago-2014-2107
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