La presentación de la corrida de Victoriano del Rio fue espectácular. Es muy difícil reunir seis toros con tantísimo trapío. Las cabezas de los bichos eran pavorosas por sus cuernos largos y astifinos. Además también hubo cuajo y volumen. Un imponente corridón de toros.
Pero además de fachada, también hubo mucha bravura. Todos los toros apretaron de veras en el caballo. Todos embistieron a la muleta con más o menos clase, o más o menos exigencia. Destacó sobre todos el quinto de la tarde
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Es obligado felicitar a Victoriano del Rio, propietario de la ganadería de mayor bravura y regularidad de los últimos diez años. Es muy dificil, lograr hacer embestir tanto y tan bien a toros de tanto volumen y tanto cuajo. Claro que, nuestro entusiasmo quizás no sea compartido por el ganadero. Al ver una corrida como la de hoy, mucha figurita de cartón piedra habrá torcido el gesto, mientras dice: "de esta ganadería ninguna corrida más".
En quinto lugar Fandiño lidió a "Español". Le toreó muy bien de capa a la verónica, con relajo, buen gusto y cadencia. Después el toro empujó bravamente al caballo y llegó a la muleta muy crecido. Este es el típico toro que desborda al más pintado, porque repetía incansable. Era difícil ganarle un pulso. Fandiño se lo ganó, a base de no dudar nunca y dejar la muleta puesta en la cara. Por poner un pero a la faena, debió exprimir más al toro por el pitón izquierdo, por el que el toro embestía largo y con profundidad. Las últimas series con la derecha fueron muy asentadas, pasándose al toro muy cerca y toreando con gusto. A la verónica y con la diestra, Fandiño está alcanzando un gran nivel, torea con relajo y cadencia. Con la zurda todavía no está a ese nivel. Tiempo al tiempo, cuando se tiene ese valor y esa afición, se acaba logrando todo. Después de una estocada de entrega,
Domingo Delgado de la Cámara - Aquí su crónica completa -
Nota: Quiero volver a destacar el concepto clásico de toreo de Juan del Álamo
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