La
ganadería de Baltasar Iban, en esta primavera de 2011, entrevé el
final de su travesía por el desierto iniciada el día después altriunfo de César Rincón frente a Bastonito: demasiado bravo,
demasiado áspero, demasiado duro, a pesar de su exigente
toreabilidad, Bastonito provocó el
abandono
de las figuras y condenó a la ganadería a los carteles de segunda
fila, mientras que si hubiera sido lidiado medio siglo antes, la
habría puesto en primer plano. Por culpa de esta victoria pírrica,
un ciclo de grandeza terminaba para dar paso a un período ingrato,
precipitando a la manada al gueto de las corridas toristas, donde la
ganadería tuvo que aprender a sobrevivir lejos de los éxitos que su
creador había imaginado para ella. […] Juzgados como demasiado
duros, los contreras de Iban fueron
destinados
entonces a los “especialistas”.
Foto: Andrè Viard
La ganadera tiene apartada una corrida para Las Ventas este año. ¿La comprará la empresa... o habrá una nueva fuga de bravura hacia Francia?
ResponderEliminar