Javier : Con permiso de la presidencia, D. Francisco de Quevedo se tira a los medios con este soneto:
¿Miras esos gigantes corpulentos
que con soberbia y gravedad caminan?
Pues por de dentro son trapos y fajina,
y un ganapán les sirve de cimiento.
Con sus almas viven y tiene movimiento,
y adonde quieren su grandeza inclinan,
mas quien su aspecto rígido examina,
desprecia su figura y ornamento.
Tales son las grandezas aparentes
de la vana ilusión de los tiranos,
fantásticas escorias eminentes.
¿Veslos arder en púrpura, y sus manos
en diamantes y piedras diferentes?
Pues asco dentro son, tierra y gusanos.
que con soberbia y gravedad caminan?
Pues por de dentro son trapos y fajina,
y un ganapán les sirve de cimiento.
Con sus almas viven y tiene movimiento,
y adonde quieren su grandeza inclinan,
mas quien su aspecto rígido examina,
desprecia su figura y ornamento.
Tales son las grandezas aparentes
de la vana ilusión de los tiranos,
fantásticas escorias eminentes.
¿Veslos arder en púrpura, y sus manos
en diamantes y piedras diferentes?
Pues asco dentro son, tierra y gusanos.
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