PUERTA GRANDE 2

Cinco babosas de la dudosa ganadería de bravo de Salvador Domecq se han arrastrado hoy por el albero de las Ventas. El desganado Serafín Marín no se ha dignado acercarse a ellas, su actitud traslucía una falta de interés que nos hacía dudar si sería el responsable de su lidia y muerte o simplemente pasaba por allí, o si no habría cobrado, o se reservaba para mañana que vuelve no se sabe a qué. César Jiménez no ha podido con las dos babosas que le han tocado en suerte; a pesar de su ínfima calidad han estado por encima del torero. Matías Tejela ha abierto la Puerta Grande al cortar una oreja a la babosa que hacía tercera y otra a un manso toro que tenía mal genio de la ganadería de Pereda que ha saltado al coso en sexto lugar. Ha toreado según los cánones del toreo moderno: en línea y sin obligar al toro, cediendo terreno y matando de dos sendos bajonazos que devalúan sus triunfos y que en buena lógica taurina no se deberían haber pedido. Me comentaba Dani que el público no distingue nada, que la plaza ha bajado el nivel de exigencia hasta un punto ínfimo, no se exige toro, no exige toreo y se premia el bajonazo. Llega un torero (Matías Tejela) maneja medianamente la mano derecha, evidencia sus limitaciones con la izquierda y con la espada a pesar de tener delante una babosa de carril que no hacía un feo y metía la cabeza en la muleta de forma automática y corta una oreja; es incapaz de superar las dificultades de un toro con genio que le lleva constantemente a su terreno y le mata con un navajazo infamante y corta otra oreja. Y sale por la Puerta de Madrid. Para abrir esa puerta se deben exigir otros méritos, pero tantos años de propaganda en los medios cambiando las nociones elementales del toreo han confundido al público y ya no distingue un toro de una babosa, un torero de un pegapases, una faena de mérito de una vulgar ni sabe dónde debe caer la espada para matar con dignidad a un toro. Jandro 16 de mayo de 2007