Más casta

De escándalo ha sido el primer toro que ha saltado hoy al ruedo de las Ventas, pertenecía a la ganadería de Palha, la de mayor prestigio de Portugal. Era un toro bravo y noble que tomaba los engaños haciendo el avión, el sueño de cualquier torero, ha empujado en el caballo con valentía clavándose la puya, porque el toro bravo se pica solo, no necesita que el varilarguero barrene ni le tape la salida. No ha hecho ninguna cosa fea o dudosa durante toda la lidia, se ha limitado a embestir por derecho y con nobleza, incluso con elegancia podríamos decir, y ha sido algo inesperado para los conocedores de esta ganadería cuyos toros antaño eran correosos y presentaban grandes dificultades. Se ha suavizado mucho el hierro sin perder casta. Enhorabuena al ganadero. El sueño de cualquier torero es toparse con un toro así y en Madrid. Seguro que si le preguntan ayer a Sánchez Vara por el toro soñado para esta tarde les describe a Rabosillo, de 543 kilos aunque no le había visto antes. Pero esos toros tan claramente buenos, tan magníficos, tan soñados por toreros y aficionados descubren enseguida las carencias de sus oponentes, porque con sólo hacerse presentes imponen, es tal su grandeza y su personalidad que quien está enfrente empequeñece, se le nublan las ideas y claudica ante la enorme categoría de su adversario, salvo que se trate de un torero de raza, claro, un torero con valor, decisión y oficio, como siempre decimos, pero lamentablemente hoy no ha sido el caso. Así que Rabosillo, el toro soñado por todos, se ha ido al desolladero con las orejas puestas. Y eso es una pena y un fracaso que los aficionados y los toreros lloramos aunque no lo confesemos. También los hermanos de Rabosillo conservaron sus orejas, Faco, Carlitos y Lagartinho con sobresaliente en su papel de toros, y Camarito con notable alto y Paquito de aprobado. Curiosos los nombres que ponen los portugueses a los toros. En conjunto una corrida muy bien presentada, con mucho trapío, boyante y noble, muy noble, porque hasta el manso tercero ha sacado casta y nobleza una vez llegado a la muleta. De Puerta Grande se decía antes, antes de que dicha puerta tuviera los goznes tan engrasados. Y todos se han quedado sin torear y han muerto con la boca cerrada. Otra importante oportunidad perdida. ¿Hay algún torero, además de Rafaelillo, que sea capaz de torear toros de verdad y emocionarnos de nuevo? ¿Quiénes son? ¿Dónde están? ¿Los ocultan quizá los taurinos para engañarnos con la tonta del bote e intentar demostrar que la casta es intoreable? Y amodorrarnos con su toreo florido. Muchas preguntas en el aire. Javier Castaño ha intentado pegarse el arrimón con estos toros, qué locura y qué bobada, no queremos camicaces, queremos toreros que toreen y si quieren arriesgar que citen cruzados a veinte metros, embarquen la embestida, la rematen detrás de la cadera con la muñeca y a repetir de nuevo. Que toreen con la muleta por delante y no por detrás haciendo el péndulo y ahogando la embestida, que dejen ver al toro y que se luzcan con él, de poder a poder, sin alivios ni recursos, con la verdad, con torería y saber hacer. Los toros de hoy hubieran colaborado. Luis Vilches, desbordado por la casta igual que sus compañeros de terna, ha recibido una lección del sexto toro; el animal le ha llevado al tercio, le ha citado y le ha dado un par de series hondas y con torería. ¿Qué no se lo creen? Repasen el vídeo de la corrida, son cosas que pasan, de repente llega un toro bravo y te da una lección de tauromaquia. ¿Quién mejor? Jandro jueves, 31 de mayo de 2007