Se jugó la vida ante el quinto, un toro de enormes complicaciones que manseó en el caballo y se movió con fiereza y violencia en el último tercio. No se arrugó el matador ante las visibles dificultades del miureño, que hizo honor a la fama de animales duros de esta casa. Tiró para adelante el diestro, que con vergüenza torera y pundonor hizo un esfuerzo que fue premiado con una oreja tras pinchazo y estocada.Aplausos (Aquí la crónica)
Robleño, que había matado a su primero de forma superior, se la jugó en el quinto. Un miura de los de verdad, con poder, transmisión y enterándose de todo. De esos que decía Belmonte que llevaban una persona dentro.Ignacio Sánchez Mejías (Aquí su artículo completo)
El otro momento importante de esta "miurada" fue la lidia del quinto, un toro duro y fuerte, que reponía y no perdonaba nada, frente al cual Fernando Robleño hizo un gran esfuerzo para hacerse con él. No hubo toreo reposado ni filigranas, pero si, y mucho, pundonor, valor y sangre fría.André Viard
Foto: Apalusos
No hay comentarios:
Publicar un comentario