Escuecen
los ojos al leer tantos panegíricos sobre el festejo televisado por
TVE desde Mérida. Ingenuamente te preguntas por qué tan entusiasta
difusión, por parte de un sector de la prensa, de un tipo de fiesta
que, siendo respetable, es sólo una parte de la fiesta taurina,
mucho más amplia y variada que la representada exclusivamente con
corridas como la de Zalduendo y Talavante. Además, la loa se produce
a costa de mostrar a este prototipo de corrida “con figuras” y
toro “a modo” como la única salvación posible de la tauromaquia
y el único espectáculo que, según ellos, interesa al público.
Pero
lo curioso es que esta “limpieza étnica” de otro tipo de fiesta, en busca del “público” y sacrificando al aficionado, al final,
ni tan siquiera es un debate taurómaco, sino la
herramienta de un periodista trepador que se sabe adalid de esa
tauromaquia y quiere con ello garantizarse el “lleno” en sus
alforjas.
Una cuestión personal.
Quizás
aprovechando que Enrique Mazas y Teo Sánchez han sido apartados de
la dirección de “Clarín”, circula un documento, presumiblemente
de un miembro del programa de Tendido Cero de TVE, (por lo prosaico y
empalagoso del verbo, podemos intuir quien es), donde se plasma esta
sospecha.
En
el citado texto se propugna una visión de la fiesta “coherente
y de mejor discurso en radio”, y
promueve que se dé una línea editorial de acercamiento a los toros
más
amable.
Para ello, no se duda en echar tierra a los propios compañeros, a
quienes se les acusa –a los que piensan diferente- de “expresión
rancia, nula visión periodística y lenguaje extraño”,
se
habla con desprecio de la “perspectiva
Mazas”
en alusión al cesado codirector de Clarín, Enrique Mazas, primera
victima de estos movimientos interesados, así como del grupo de
corresponsales de la casa (Juan Ortega, André Viard, Luis Miguel
Parrado, Íñigo Crespo, etc.) que han destacado por ser libres en su
opinión hasta desarrollar un programa variado donde las “diferentes
fiestas” tenían cabida. E incluso, de la misma mala forma, se
tacha al actual presentador, José Luis Carabias, al que se tilda de
“imprevisible
y anacrónico”.
Y
todo este circo romano, no tiene nada más que un único objetivo,
sin pudor alguno, además. Se trata de conseguir la
figura de un coordinador, armonizador de las líneas editoriales
entre Tendido Cero y Clarín, cuyo
candidato ya se ha “autopostulado” y que, con ello, prentende
garantizarse su poltrona, sus viajes por las ferias, sus amistades
con los toreros, sus prebendas, defendiendo el tipo de fiesta de
Mérida porque es la que domina y le “cabe”. Como hemos dicho,
los elogios a la corrida de Mérida no provienen de periodistas
objetivos, sino que son una
excusa para el logro de intereses particulares.
Javier y Costillares
Javier y Costillares
Si esto es así como decís, lo cuál tampoco me produce extrañeza, más bien asco, ¡vamos dauuss!
ResponderEliminarEl 'flequi' engominao es un personaje cancerígeno, como muchos otros, que sin afición ni pasión, ven esto como un trabajo para ganarse un sueldo, y por eso, buscan trepar, y al hacerlo, pisan a quien haga falta. Pero, esto no es un negocio únicamente. La Tauromaquia es algo más que una fiesta, o que un espectáculo, o que un negocio.... Es una forma de vida, una religión, un rito pagano sagrado fundamentado en la Muerte dacrificial real, y no figurada. Y en cuestiones de fe no valen las perras...Lo que pasa, es que como en todas las religiones, cuando hablamos de dinero y poder, todo se corrompe, y el rito inicial es aborrecido del tal forma que ni la más mala fotocopia tiene tan poco parecido a como era.
Ere en tendido cero ya¡¡¡
ResponderEliminarA esto le quedan 4 telediarios, se lo digo yo señores, que soy un aficionado ya veterano.
ResponderEliminarJaime
¿Y qué sigue allí entonces? ¿La apoligía de la velcro-corrida sin sangre?
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