Algunas veces vemos, en las plazas, un toro tan maravillosamente noble, que sigue tan dócilmente la muleta, que cualquier espectador más o menos ingenuo puede llegar a pensar que "eso" lo haría también él. Si llega a producirse esa impresión, , de modo general, hemos cometido un error grave, un pecado mortal contra la Fiesta: el ganadero se ha pasado. La admiración que el diestro suscita es inseparable de la conciencia del riesgo; sin ella, está en grave peligro la grandeza de la Fiesta.Marcia Lalanda
Foto: animal de Juan Pedro lidiado en Málaga
No hay comentarios:
Publicar un comentario