Son cinco hombres para el recuerdo. Cinco toreros de los pies a la montera. A la cabeza, Javier Castaño, el diestro honrado que se la juega todas las tardes sinceramente y exprime hasta la última gota de posibilidad, como sucedió en su primera intervención tragando con las negativas a pasar de un incierto, parado, desafiante, pero muy orientado animal y al cual citaba dando el medio pecho para arrancar medios naturales, sortear derrotes de los que parten en dos, jugarse la cornada y no enmendarse un ápice. No se pudo estar mejor. Es Castaño un diestro generoso que deja exhibir la profesionalidad de sus subalternos; que ha sabido darles su sitio, su evolución y los ha puesto a disposición de la humanidad; que se ha descubierto como un sabio estratega que sabe ordenar y mandar porque en función de las cualidades de los ayudantes ha conseguido convertir una centuria en legión; y que grandiosamente les ha capacitado para el triunfo.Paz Domingo (Aquí la crónica completa)
de la corrida de este primero de junio quedará en la memoria de la afición el inequívoco deseo de un torero por no ceder la posición, por quedarse en el sitio –cosa inédita prácticamente en la Feria que hoy finaliza– y por tirar del toro con mando. El torero que lo hizo, y al que a veces le salió, se llama Javier Castaño, que es un torero de la cabeza a los pies.
Se podrían decir más cosas, de los toros en el caballo, del tono descastado de la corrida, de la labor de los toreros, pero no merece la pena porque hoy, vestidos de tabaco y plata, de azul marino y plata y de verde y azabache, tres hombres han mostrado a quien quisiera verlo, el honor de la coleta, la suficiencia del arte cuando se desean hacer las cosas bien, la torería. Y les pedimos la vuelta al ruedo para ver si, como un acicate, otros toreros pensasen en emplearsde en hacer las suertes con arreglo a las normas del oficio, con ganas, torería y decisiónJosé Ramón Márquez (Aquí la crónica completa )
Antonio Lorca (Aquí la crónica completa )Javier Castaño, en un gesto de generosidad que le honra como hombre y torero, concedió el permiso, e iniciaron un paseo apoteósico, que contó con la presencia de Sandoval, al que tuvieron que obligar para que saliera al ruedo, y el momento que se vivió con aquellos cuatros artistas recibiendo los honores de unos tendidos conmovidos fue realmente histórico. No se habrán vivido en esta plaza momentos de tantísima intensidad como los que ayer nos hicieron disfrutar tres toreros de a pie y uno a caballo.El propio Castaño se vino arriba cuando cogió la muleta y se entregó en cuerpo y alma ante un toro agresivo y violento que no admitía la más mínima duda. Su actuación fue heroica por ambas manos, en la que no lució el temple ante la bronquedad del animal, pero sí la heroicidad de un torero que quiere ser figura a toda costa
Rafael Cabrera (Aquí la crónica completa )La cuadrilla al completo, con la ausencia del matador, dio una clamorosa vuelta al ruedo al finalizar el segundo tercio. Los tres peones de Javier Castaño, junto al más que notable picador Tito Sandoval, recorrieron la plaza entre gritos de “Torero, torero”, con la gente puesta en pie en sus asientos. Quizá fue una reacción exagerada, pero para mí que se obró con justicia por las dos actuaciones ante dos de las corridas más serias y duras de todo el ciclo de San Isidro 2013.
Foto: Juan Pelegrín
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