miércoles, abril 30, 2008

Porque es arte - Antonio García Barbeito- (el capitán alatriste)

Recibimos el siguiente e.mail del Capitán Alatriste:
Te mando el artículo de Antonio García Barbeito que ha ganado el premio Premio Manuel Ramírez. Fue publicado en el ABC del pasado 20 de enero. Adjunto también una foto que le hice a la estatua de Curro Romero hace un par de meses cuando anduve por Sevilla.
Un abrazo.

ANTONIO GARCÍA BARBEITO
Porque es arte
Se puso el trapo entre las manos como quien se pone en la voz un cante viejo, como quien se acomoda una guitarra llena de soledad, libre de dueño. Y el cante, aunque de otro, va y le suena como nunca sonó con otros ecos, y la guitarra, suave, se despeina para él solo, inédita de trémolos. Cogió el milagro y lo mimó lo mismo que se mima de un hijo el primer sueño, y lo probó por éste, el otro lado, lo abrochó a la cintura como un beso... Y el muchacho creaba y no sabía que estaba la verónica naciendo, y la media, como pose de baile, le reclamaba cantes más festeros.
Pero aquel duro que el hombre traía no era el duro común de los toreros, ni era común su juego de muñecas, ni era común su derechazo inmenso. Percales y franelas se le iban enredando en su magia, su misterio: «El que quiera este duro que lo pague; quien no quiera, que busque otros "dineros". El duro que yo traigo es este duro, y este será el de siempre, yo lo advierto». Y así nació la fe por un estilo, por una maestría que es un credo; y así fuimos a verlo, y... «nada hoy», y los curristas van... «¿has visto el viento? ¿Y el primero? Sin casta y sin empuje. ¿Y el cuarto? El cuarto, el cuarto... ¡un burriciego!».
Pero el día que el dios de oro bajaba las manos donde sube un cante eterno, el día que aquel duro se ponía de canto derramando sus secretos... el día que los toros se venían por donde tienen que venirse ciertos, el día que las telas presentían el arte en cada grano del albero... ese día valían las esperas lo que vale un billete de ida al cielo... Bordaba tres y media, y... ¡la gloria!, colocaba el perfil y... ¡un monumento! Ese día en el monte y en la plaza ya no había más matas que el romero. Y era ya aquel torero un cantaor desangrado de cantes de un milenio.
La soledad torera es como un cante al que le has de poder y engrandecerlo. Cantar es torear puntas del grito; torear es cantar con todo el cuerpo. Y el muchacho traía en su capote y en su muleta mucho de flamenco; el compás siempre al quite, la justeza, tres y media, señor, y ¡ahí queda eso! Un trincherazo para que trabajen pintores y escultores, y el secreto de ir a torear como quien baila, y salir de ese baile tan torero.
Y el duro siempre en pie, sin inmutarse, sin cambiarse, sin darse al compadreo, sin engañar, sin justificaciones: al vino, vino, y a lo hecho, pecho. O está la tarde de formarle un lío o está la tarde para irse huyendo. Te hiela o te achicharra, nunca tibio, nada de medias tintas: luz o infierno. Y lo mismo en persona, que las luces no le cambian el paso ni su viento: si es hora de entregarse, a darse todo; si no es mi sitio, adiós y buen provecho. Siempre con la verdad, con ese duro que le sigue brillando. Y tan flamenco. Por eso gana el Arte con su nombre resonando entre los académicos. ¡Qué olor, Santa Isabel, por esa Hungría donde el monte, por él, todo es Romero...!

4 comentarios:

  1. ! Qué bien escribe Barbeito, coño!
    ! Qué insultante facilidad !...
    (debo confesar la envidia corrosiva, pecado rastrero y vil).
    Hasta sale con bien metiendose por los cerros de Hungría. Es lo malo que tiene que al mito hecho broce eterno le pongan académico fracq. !Manda güevos, Antoñito, y pónle una vela a Santa Isabel sin que se vaya al carajo el artículo!

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  2. Alguien me dijo que sigue habiendo muy buena prosa taurina.
    Por favor sigan subiendo lo que encuentren.
    Isbella

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  3. Bellísimo.
    Pgmacias

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  4. monumento de fuente
    soltando la tinta poetica
    por un monumento carnal
    hecho a sangre torerisima.

    mil gracias

    MP

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