El empresario taurino es el máximo responsable de los fraudes que se puedan producir en su plaza. Él es el que contrata a los toreros destoreadores con sus condiciones, él es el dueño de los toros que se lidian y él es el que vende ese producto.
(...). Ahora bien, el hecho que el empresario sea el que me vende a mi el producto y por ello el máximo responsable, no libra a los demás de su cuota de responsabilidad, sobre todo a los figurines. "
(...). Ahora bien, el hecho que el empresario sea el que me vende a mi el producto y por ello el máximo responsable, no libra a los demás de su cuota de responsabilidad, sobre todo a los figurines. "
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